A pesar del ocaso de la energía nuclear y del petróleo, negocios finiquitados en los últimos dos años, Burgos seguirá siendo el primer productor de energía eólica de España. Ya lo es en la actualidad y esta posición se verá reforzada si se cumplen las previsiones de inversión que hay sobre la mesa de la Junta de Castilla y León para los próximos dos años: 220 millones de euros, de los que 76 serán una realidad con los tres parques eólicos que están ya en proceso de construcción. A medio plazo, la provincia superará los 2.000 megavatios de potencia instalada (MW), una meta a la que aspiraba a principios de siglo, pero que quedó bloqueada con la crisis desatada en 2012 con el fin de las primas a las energías renovables.
Administración y promotores coinciden en que soplan nuevos aires en el sector, en que hay una apuesta clara del Gobierno para su reactivación y en que se mueven proyectos y los inversores están inquietos. De hecho, tras esos 220 millones de inversión contemplados a medio plazo, esperan otros 1.000 millones en cartera -la mitad en eólica y la otra mitad en solar- esperando u optando a desarrollarse, aunque todavía en una fase de tramitación muy inicial y, por ello, todavía con alto riesgo de quedarse en el camino administrativo y no hacerse realidad.
Según informa el Diario de Burgos, la provincia burgalesa se posiciona como una pieza clave en el desarrollo eólico de Castilla y León, que prevé superar este año los 6.000 MW instalados con la implantación de la potencia autorizada en las últimas subastas públicas de renovables. No obstante, necesitará de al menos otros 3.500 MW para alcanzar el objetivo de 10.000 MW en 2030. La Asociación Regional de Promotores de Energía Eólica (Apecyl) aspira a que en la región acoja la cuarta parte de la potencia eólica que tendrá instalada España dentro de una década. Y Burgos dispone de viento y espacio suficiente.
En la actualidad, en la provincia están operativos 72 parques con una potencia instalada de 1.873 MW. En los próximos meses se sumarán otros tres, con 76 MW en total. Son la ampliación de Montejo, en el Valle de Valdebezana; La Casetona y Ballestas, en el entorno de Castrojeriz y Vallejera. El primero (7 MW) es promovido por Boreas Eólica y los otros dos por Gamesa Energía (41 y 28MW).
A lo largo del presente y el próximo año, se estima como probables el desarrollo de otros 144 MW que ya cuentan con una autorización administrativa previa. En conjunto sumarían en torno a medio centenar de nuevos aerogeneradores.
La ubicación de estos nuevos parques será la más próxima posible a los puntos de conexión de la red eléctrica en el territorio provincial. Así, está prevista la construcción de una subestación de 400 kilovoltios (kV) en Buniel para el abastecimiento de energía la red de alta velocidad ferroviaria, y que puede acoger en torno a 500 MW eólicos. Asimismo, está la subestación de Las Loras, que todavía cuenta con capacidad suficiente para conectarse a más parques.
Entre los proyectos próximos está el de Abei Energy en Padrones de Bureba, que supondrá una inversión de 17 millones de euros para levantar 17 aerogeneradores por una capacidad total de 56 MW, cuya fecha de puesta en marcha que se baraja es a principios de 2020.
Con vistas a cumplir los objetivos de 2030, hay también una cartera de 1.000 MW de peticiones de acceso. Una veintena de proyectos, la mitad eólicos y la otra mitad fotovoltaicos, que ya han presentado ante el Ministerio de Transición Ecológica la solicitud de acceso a la red y el aval económico que exige Red Eléctrica Española (REE).
Entre los eólicos destaca el macroproyecto de 300 MW impulsado por Alfanar Energía España, empresa participada por capital saudí, que contempla la instalación de un centenar de aerogeneradores en los enclaves conocidos como Tórtoles de Esgueva, Los Serranos y Pico de Águila, tal y como anunció la empresa a los vecinos de este entorno. De llevarse a cabo, como parece, será el mayor proyecto de energía eólica desarrollado en la provincia.
También se han solicitado permisos para centrales fotovoltaicas de grandes dimensiones en el sur de la provincia, algunas de ellas de 50 MW, lo que requerirá de una amplísima extensión de terreno para su instalación (lo máximo instalado en Burgos es de 5 MW).
Detrás de estos proyectos están, en muchos casos, la industria eólica, los fabricantes de los aerogeneradores, que buscan impulsar los parques y luego ceder su explotación a otros promotores. Pero también están las compañías eléctricas y, como novedad, han aparecido los fondos de inversión extranjeros cubriendo el hueco que antes ocupó el sector de la construcción.




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