El gobierno catalán ha dibujado el modelo energético de futuro que aspira a construir, basado en las energías renovables, con una menor dependencia del exterior que el actual y en el que el ciudadano no sólo tendrá el rol de consumidor sino también el de generador.
Este nuevo modelo está recogido en un documento que ha recibido el visto bueno del Govern y que pone las bases para un Pacto Nacional para la Transición Energética, según ha explicado a los periodistas el conseller de Empresa, Jordi Baiget.
En el contexto del proceso soberanista en el que está inmersa Cataluña, el documento pretende actuar como un Libro Blanco de la Energía, que fija el desarrollo energético en el horizonte del 2050, para cuando se espera a que el 100 % de la energía que se consuma en hogares y empresas proceda de fuentes renovables.
El despliegue completo de este nuevo modelo energético requeriría que las instituciones catalanas pudieran contar con competencias plenas en materia de energía en el marco de la UE, según ha reconocido el Govern.
El modelo prevé que la transición energética se financie con fondos públicos (de la UE y presupuestos) y a través de una nueva fiscalidad energética y ambiental que grave el consumo de energía en función tanto de sus emisiones contaminantes como del volumen de consumo, además de contemplar la colaboración público-privada.
El documento, consensuado ya con agentes sociales y sector energético, será enviado ahora para su debate al Parlament.
En concreto, el Govern se plantea avanzar hacia un modelo energético con menos dependencia del exterior (hoy en día es del 75%), más descentralizado y que aproveche los recursos renovables autóctonos, que permita un mercado más competitivo y que genere empleo cualificado, además de reducir el impacto medioambiental y luchar contra el cambio climático.
Para ello, el documento propone, por ejemplo, un modelo basado un 100 % en energías renovables en el horizonte del 2050, objetivo de máximos ya que en la actualidad el peso de estas energías es sólo del 8% y se prevé que llegue al 20% en el 2020.
Además, la visión de la administración autonómica es la de un modelo en el que el ciudadano pueda consumir, generar, almacenar y vender energía eléctrica al mismo tiempo que es capaz de gestionar su consumo.
Todo ello, gracias a los avances en la digitalización de la red de distribución de energía eléctrica y en el almacenamiento de la electricidad, además de la apuesta por el coche eléctrico, entre otros factores.
Para poner en práctica el nuevo modelo energético, el Govern es consciente de que tendrá que superar dificultades para implantar las energías renovables en el territorio y para decidir qué papel dar a las centrales nucleares, que ahora facilitan el 54 % de la energía eléctrica que se consume en Cataluña.
En un plazo corto o medio de tiempo, Baiget ha admitido que "tendremos que tomar decisiones, por ejemplo sobre si queremos una normativa restrictiva o que potencie las energías renovables o sobre el papel del gas natural o la manera como se gravarán las emisiones contaminantes".
En el camino hacia la transición energética, el documento contempla dos etapas: una de 2017 a 2030, basada en el impulso a las tecnologías clave y a la sensibilización de los ciudadanos y empresas, y otra de 2031 a 2050, en la que se consolidaría el cambio.
Turbomotor2000
07/02/2017