La central hidráulica de EDP en Proaza, obra del artista Joaquín Vaquero Palacios, ha sido reconocida por la Fundación Docomomo Ibérico, que la ha distinguido con la placa que la acredita como integrante del registro “la arquitectura de la industria”.
Construida entre 1964 y 1968 para dar una solución al salto de Proaza, la central suma más de 250.000 horas de funcionamiento y más de 4.200 GWh generados de energía 100% renovable, el equivalente al consumo medio anual de más de un millón de hogares.
La Fundación Docomomo, que representa en España y Portugal a la organización internacional que tiene el objetivo de inventariar, divulgar y proteger el patrimonio arquitectónico del movimiento moderno, considera que la intervención de Vaquero Palacios en las centrales hidráulicas constituye un ejemplo único en la arquitectura española.
La hidráulica de Proaza
Proaza puede considerarse como la que integra con mayor claridad ingeniería, arquitectura, pintura y escultura.
La estructura, muy sencilla, ofrece una solución de cerramiento de superficie quebrada y desarrollable, que proporciona una gran rigidez al conjunto para contrarrestar los empujes longitudinales y transversales del puente grúa. A su vez, presenta un aspecto muy movido de planos que logran una gran integración paisajística. En uno de los muros testeros exteriores de la central hay un gran panel compuesto de 16 relieves de hormigón, que consisten en interpretaciones esquemáticas de signos de la antigüedad.
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