La Administración Nacional de Energía de China (NEA) ha anunciado que su objetivo anterior de 150 GW de capacidad solar instalada en 2020 se reducirá en un 25% hasta 110 GW, mientras se ‘enfría’ la industria solar que había estado disfrutando de un auge sin precedentes en el país.
El fuerte ritmo imprimido a las nuevas instalaciones solares fotovoltaicas en los dos últimos años era impensable que se mantuviera y lo lógico es que se relajara en algún momento. Y ese momento ha llegado con el anuncio de la NEA. La noticia no es un desastre, porque 110 GW sigue siendo un objetivo encomiable que, además, como señalan algunos expertos del sector, se trataría de un objetivo de mínimos que seguramente se verá superado.
El nuevo objetivo de 110 GW se reparte de la siguiente manera: 60 GW están reservados para generación solar distribuida, 45 GW para instalaciones a gran escala y 5 GW de energía solar concentrada (CSP), según la consultora Asia Europe Clean Energy Advisory (AECEA).
Teniendo en cuenta que a finales de 2015 la potencia instalada de solar fotovoltaica alcanzó los 43 GW y a finales de 2016 se espera que se alcancen entre 73 y 78 GW, no se deja mucho margen para que haya un crecimiento significativo en los próximos tres años. En realidad se va a pasar de algo más de 30 GW en 2016 a menos de 9 GW anuales hasta 2020.
Sin embargo, AECEA se muestra mucho más optimista al señalar que el nuevo objetivo establece unos mínimos que, a buen seguro, se verán superados como ha ocurrido con los objetivos anteriores. De hecho, AECEA predice que la capacidad solar instalada podría alcanzar entre 135 y 147 GW en 2020.
La historia se repite
El optimismo de la AECEA se sustenta en la idea de que se va a repetir lo ocurrido en 2016. El anuncio del recorte de los subsidios a la solar fotovoltaica que entró en vigor el pasado 1 de julio disparó las instalaciones hasta 20 GW en el primer semestre del año. Ahora, es muy posible que la administración china reduzca de nuevo la prima al kilovatio hora fotovoltaico, por lo que es muy probable que el ritmo de las instalaciones, lejos de reducirse, se acelere para aprovechar la prima vigente, más atractiva que la futura.
Y no es para menos. Según un documento de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma china, el gobierno reducirá drásticamente las ayudas a partir de 2017 y recortará su programa de subvenciones para la fotovoltaica distribuida. Los recortes a los fondos fiduciarios para instalaciones fotovoltaicas oscilarán entre el 23% y el 31%, dependiendo de la zona, y el subsidio se reducirá en un 30% a un 53%. La noticia, como dicen en la AECEA, no ha hecho sino impulsar una nueva fiebre de instalaciones solares que deberán ser completadas antes del 30 de junio de 2017.
Ahora se calcula que el mercado chino al menos habrá instalado 30 GW de nueva capacidad solar en 2016, que es el doble de la capacidad instalada en 2015 y un 60% más que el objetivo inicial para este año, que estaba establecido en 18,1 GW. Así pues, no resultaría nada extraño que el nuevo objetivo de 110 GW se acabe superando con creces.
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