En los próximos años, la influencia política de China en el mundo podría ensombrecer a las de las históricas potencias occidentales. Al menos en materia de cambio climático. Mientras Europa está ocupada en problemas como el terrorismo o la incertidumbre del "Brexit", y EEUU se fragmenta con la excéntrica figura de Donald Trump, el gigante asiático está tomando posiciones decisivas en materia energética.
Hace unos días, presentaba la hoja de ruta de su plan integral sobre desarrollo energético y reducción de emisiones para el período 2016-2020 que anunció en marzo pasado. Un plan compuesto por once detalladas medidas para impulsar el ahorro de energía y la reducción de emisiones de CO2 del país, para lo que no queda otra que disminuir la tasa de consumo de carbón.
Para conseguirlo, cancelará la construcción de 104 centrales térmicas de carbón previstas que iban a sumar 102 GW de potencia. Más aún, alrededor de 54 GW ya se estaban construyendo y se han paralizado. Según el plan, Pekín se ha comprometido a un tope de capacidad de carbón de 1.100 GW en los próximos cinco años, aunque aún tiene recorrido porque seguirá aumentando en 920 GW su capacidad, pero de no hacerlo esa capacidad podría llegar hasta los 1.250 GW.
De acuerdo con el plan, el consumo de energía total de China se limitará a 5.000 millones de toneladas de carbón equivalente para 2020. Esto se traducirá en una reducción de 15% del uso de energía por unidad del producto interno bruto (PIB) para el año 2020.
"La decisión de China es muy significativa porque confirma y acelera un cambio de tendencia", señala José Luis García Ortega, responsable de Energía de Greenpeace, "más aún tras conocer las declaraciones de hoy del presidente Xi Jinping en el Foro Económico de Davos, donde China se muestra dispuesta a asumir un liderazgo en la lucha climática mundial, para vergüenza de Europa".
Es la primera vez que un jefe de estado chino interviene en el corazón del capitalismo, y lo ha hecho presentándose como líder en la lucha por el cambio climático. "China está asumiendo un papel de liderazgo receptivo y responsable en este nuevo mundo", señaló Klaus Martin Schwab, fundador del Foro de Davos, "y se demuestra por lo simbólico que es tener al presidente de China aquí".
Su plan quinquenal no solo se centra en reducir emisiones de CO2 o cerrar centrales de carbón, además incluye la promoción de las energías renovables en áreas clave, la intensificación del control de emisiones contaminantes, el desarrollo de la economía circular, la mejora del apoyo técnico, el incremento del apoyo financiero al sector y la mejora de la gestión.
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