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Cinco consideraciones clave para la próxima etapa de descarbonización de Europa

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El objetivo anunciado recientemente por la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un 55% por debajo de los niveles de 1990 para 2030 reconoce claramente que la descarbonización no puede esperar. Por lo tanto, si bien los objetivos de cero neto para 2050 pueden acaparar muchos de los titulares, los objetivos a corto plazo durante la próxima década son posiblemente incluso más importantes. Pero, ¿qué se necesitará para lograrlos y cuáles son los facilitadores y los impulsores en juego?

Según los analistas de energía europea y energías renovables de Wood Mackenzie,  Tom Heggarty, Dan Eager y Rory MacCarthy, los objetivos de reducción a corto plazo son cruciales en el camino hacia el cero neto y hay al menos cinco cuestiones clave que hay que tener en cuenta:

1.- La política debe ir más allá de la generación de electricidad para abarcar la industria, los edificios y el transporte.

Si bien se ha logrado un gran progreso en el sector de la energía, con emisiones que han caído más del 50% desde su punto máximo, esto por sí solo no es suficiente. La descarbonización rápida ahora debe ocurrir en la industria, los edificios y el transporte.

Por ejemplo, bajo el escenario de transición energética acelerada -2 (AET-2) de Wood Mackenzie, que muestra una forma de limitar la alerta global a dos grados para 2050, para fines de esta década, todos los vehículos nuevos de pasajeros vendidos tendrían que ser vehículos eléctricos.

Del mismo modo, en el sector residencial, será necesario un cambio mucho más rápido de las calderas de gas y gasóleo a las bombas de calor eléctricas para calefacción. Se necesitaría una regulación, que podría incluir prohibiciones de la tecnología tradicional intensiva en carbono, para garantizar la descarbonización rápida de la industria, los edificios y el transporte.

2.- El hidrógeno con bajo contenido de carbono será una parte fundamental de la solución.

El hidrógeno ya se utiliza como materia prima clave en el sector de refino y la petroquímica, pero se prevé que su importancia crezca significativamente como parte de un futuro neto cero. El hidrógeno bajo en carbono proporcionará los medios para descarbonizar sectores donde el uso directo de energía eléctrica no es una opción, desde el transporte marítimo y la aviación hasta procesos industriales como la fabricación de acero.

El hidrógeno verde también es un excelente complemento para la generación eólica y solar variable, ya que puede actuar como una forma de almacenamiento de energía a largo plazo, convirtiéndose de nuevo en electricidad más tarde cuando sea necesario.

Sin embargo, dado que el mercado necesita moverse de alrededor de 80.000 toneladas actuales a entre 20 y 35 millones de toneladas para 2050, los gobiernos deberán incentivar fuertemente el hidrógeno verde, y pronto, de la misma manera que se ha hecho en el pasado para la energía eólica y solar.

3.- Las nuevas fuentes de demanda requerirán que la generación de electricidad se duplique para 2050

En el escenario AET-2 de Wood Mackenzie, la demanda de energía casi se duplicaría a 5.376 TWh para 2050 (en comparación con 3.544 TWh para el caso base), como se puede ver en el gráfico a continuación. Además de alimentar vehículos y procesos industriales y calentar edificios, gran parte de esta demanda adicional provendrá de la producción de hidrógeno verde.

En muchos casos, será una mejor solución producir hidrógeno utilizando energía solar y eólica fuera de la red, en lugar de conectar electrolizadores a una infraestructura de red que lucha por satisfacer esta gama de nuevas demandas.

4.- El gas cumplirá una función diferente en el camino hacia el cero neto

El cero neto plantea desafíos importantes para el gas y fuera del Reino Unido el apoyo a las políticas se está reduciendo. No obstante, se espera que la demanda mundial de gas crezca hasta 2040, ya que la falta de alternativas comerciales en múltiples sectores respalda los precios.

La reducción del carbón y la energía nuclear compensará algunas de las presiones del crecimiento renovable durante la próxima década y ayudará a mantener la demanda; por lo tanto, el gas seguirá proporcionando una cantidad similar de capacidad, pero pasará de ser un proveedor de carga base a proporcionar respaldo y satisfacer las cargas residuales. Se necesitarán innovaciones en tecnología como la captura, utilización y almacenamiento de carbono para ampliar el papel del gas en un futuro con bajas emisiones de carbono.

5.- La flexibilidad en el suministro de energía será vital

Habrá un cambio de un mundo en el que los volúmenes de suministro se centran solo en los teravatios-hora positivos y el espacio para la cabeza del sistema a uno en el que los teravatios-hora negativos y el espacio para los pies del sistema se volverán igualmente importantes.

En este entorno, los recursos que pueden reducir su producción de energía o aumentar su demanda para equilibrar las necesidades del sistema serán clave. El almacenamiento de baterías se volverá más competitivo y desplazará el crecimiento en una capacidad de gas máximo. La capacidad de aumentar rápidamente, seguir la carga, importar, exportar y almacenar será fundamental para el funcionamiento eficaz de las redes eléctricas y se convertirá en una oportunidad de inversión clave.

Finalmente, según los analistas de Wood Mackenzie, vale la pena señalar que simplemente colocar nueva tecnología en un sistema existente rara vez es la forma más eficiente de descarbonizar. Poner baterías y motores eléctricos en un vehículo diseñado para un motor de combustión interna no crearía un vehículo eléctrico verdaderamente eficiente. De la misma manera, puede ser necesario un rediseño más radical del mercado hacia el final de esta década para que sea realmente adecuado para su propósito en un futuro neto cero.

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