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Comienza la construcción del aerogenerador más alto del mundo en Alemania con 300 metros de altura de torre

Una vez finalizada, la GICON-HWT® será la segunda estructura más alta de Alemania, solo superada por la famosa torre de televisión de Berlín, que apenas la sobrepasa por tres metros

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Alemania acoge la construcción de un aerogenerador que rompe los límites actuales de la ingeniería eólica. Se trata de la GICON High Wind Tower (GICON-HWT®), una estructura colosal que alcanzará los 365 metros de altura total en punta de pala, con una torre de 300 metros de altura, lo que la convertirá en la turbina eólica terrestre más alta jamás construida.

La instalación se está llevando a cabo en Schipkau, en la región de Lusacia, al este del país. Una vez finalizada, la GICON-HWT® será la segunda estructura más alta de Alemania, solo superada por la famosa torre de televisión de Berlín, que apenas la supera por tres metros.

Más allá del récord, la construcción representa un auténtico reto técnico. La torre integrará más de 2.000 toneladas de acero y constará de unas 22.000 piezas individuales, cifras que reflejan la complejidad y ambición del proyecto.

Con este prototipo, GICON aspira no solo a romper récords, sino a explorar nuevos límites para la generación eólica en tierra, aprovechando las mejores condiciones de viento a grandes alturas.

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Diseño y datos técnicos

Como ocurre en todas las torres eólicas de gran altura, la turbina GICON-HWT® se aleja del diseño tubular tradicional. En su lugar, adopta una estructura de celosía metálica de cuatro pilares, un concepto que recuerda a las torres eléctricas de alta tensión utilizadas en redes de transmisión.

Una pregunta que seguro os surge a varios de vosotros es la siguiente: ¿Cómo se montan la góndola, el buje y el rotor en una turbina de 300 metros de altura? Actualmente no existen grúas móviles comerciales en el sector eólico capaces de operar a esa altitud.

Por ello, el proyecto incorpora un ingenioso sistema telescópico de doble torre. En el interior de la torre externa se encuentra una torre secundaria que actúa como estructura de elevación. La góndola y el rotor se montan inicialmente sobre esta torre interna, a una altura intermedia, aproximadamente 150 metros, habitual en una turbina terrestre convencional.

Una vez finalizado el ensamblaje, la torre interior se eleva verticalmente utilizando la estructura externa como guía, en un proceso que recuerda al movimiento de un ascensor. Esta solución permite alcanzar de forma controlada y segura los 300 metros de altura de buje, evitando las limitaciones logísticas de las grúas tradicionales.

Un vídeo del fabricante explica de forma clara y visual cómo funciona este innovador sistema de montaje, que podría marcar un antes y un después en el diseño de torres eólicas de gran altura.

Una de las particularidades del sistema telescópico de doble torre desarrollado por GICON es que, en teoría, también permitiría bajar la nacelle hasta una posición intermedia en caso de tener la necesidad de cambiar alguno de los grandes componentes de la turbina (una pala, por ejemplo). Esta posibilidad facilitaría el acceso con grúas estándar, evitando así los elevados costes y complejidades logísticas de operar a 300 metros de altura.

En lo más alto de la torre se instalará una turbina Vensys 126 de 3,8 MW de potencia, un modelo que podría considerarse modesto si se compara con los aerogeneradores que actualmente se están desplegando en Alemania, muchos de los cuales ya superan los 6 o incluso 7 megavatios.

Aun así, para un prototipo experimental, la elección es más que razonable. Conviene recordar que las torres eólicas comerciales más altas en operación hoy en día rondan los 180-200 metros de altura, utilizando estructuras híbridas de hormigón y acero.

A mayor altura, mayor producción: la clave de los 300 metros

Uno de los principales argumentos a favor del aumento de altura en los aerogeneradores es el acceso a un mejor recurso eólico. En términos simples, cuanto más alto se instala el rotor, mayor es la velocidad del viento y, por tanto, mayor la producción energética.

Este fenómeno se explica mediante la conocida ley potencial del perfil del viento. La explicación física es sencilla: el viento se frena cerca del suelo debido a la fricción con elementos como vegetación, edificaciones o el propio relieve. A medida que se gana altura, esta fricción disminuye, permitiendo que el viento alcance una velocidad mayor y más constante.

Gracias a esta ventaja, GICON estima que su turbina podrá generar hasta 18 GWh al año, lo que equivale a un factor de capacidad del 55 %, similar al de algunas turbinas eólicas marinas. Este rendimiento duplica ampliamente el de una turbina terrestre convencional instalada a una altura media.

Antes de avanzar con el prototipo, el equipo de GICON tuvo que demostrar que su diseño podía operar con seguridad a 300 metros de altura y que, efectivamente, el recurso eólico a esa altitud era tan prometedor como preveían los modelos.

Para ello, en 2023 instalaron el mástil de medición de viento más alto del mundo, con exactamente 300 metros de altura. Una infraestructura clave que permite recopilar datos reales de viento a esa altitud y ajustar con precisión los parámetros de diseño de la turbina. La estructura puede verse claramente desde Google Maps.

Sobre las torres de gran altura para aerogeneradores

Durante las últimas décadas, las torres tubulares de acero han dominado el mercado de la energía eólica terrestre. Son las más habituales que podemos ver en nuestro país.

Su éxito se debe, en gran parte, a su equilibrio entre coste, simplicidad estructural y facilidad de transporte y montaje. Con unos pocos tramos prefabricados, es posible ensamblar torres de más de cien metros en cuestión de días, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.

El auge de turbinas cada vez más grandes y potentes, así como la necesidad de acceder a mayores alturas para acceder a mejor recurso eólico, ha impulsado el desarrollo de nuevas tipologías.

En ese contexto, las torres de hormigón y las estructuras híbridas (hormigón + acero) han ganado terreno, especialmente en países del norte de Europa. Sin ir más lejos, Nordex instaló recientemente una torre de 179 metros en Alemania, la más alta del país hasta la fecha, y tanto esta compañía como Vestas han anunciado planes para escalar sus modelos híbridos hasta 199 metros de altura.

En este contexto de innovación, también destacan soluciones disruptivas como la propuesta de la empresa española Nabrawind, recientemente adquirida por la australiana Fortescue. Su sistema Nabralift combina un diseño autoelevable con una base de celosía y módulos prefabricados, permitiendo alcanzar alturas de buje superiores a los 200 metros sin necesidad de grúas de gran tamaño.

Torre eólica de Nabrawind.

Futuro

El desarrollo de la GICON-HWT® marca un hito en la historia de la energía eólica terrestre. Nunca antes se había construido una torre de estas dimensiones, y su innovador diseño telescópico añade un nivel adicional de complejidad técnica y mecánica.

Uno de los aspectos que genera bastante expectación es su futura operación y mantenimiento. A esa altura, será necesario establecer nuevos protocolos de seguridad y logística, diseños especiales de ascensores internos, estructuras anticaídas y procedimientos específicos de evacuación o rescate. Lo que sí que está claro es que acceder a lo más alto de esta torre, será una experiencia única para los técnicos.

Según el calendario actual, el prototipo está previsto que entre en funcionamiento en verano de 2026, abriendo así una nueva etapa para el aprovechamiento del viento a gran altura. Habrá que ver si consigue después tener desarrollo a nivel comercial.

Un artículo de Sergio Fernandez Munguía, autor de Windletter. Puedes suscribirte a Windletter aquí.

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Un comentario

  • galan

    galan

    06/11/2025

    Un gran avance en ingeniería.

    Alemania no tiene mucho sol, pero, si que tiene viento, y se ve que lo van a aprovechar.

    Tomando una referencia de un consumo de 3.272 kWh por hogar al año, con 18 GWh al año se podrían abastecer 5.500 hogares. Y sin depender del gas ruso, que supongo que en Alemania esto se valorara mucho.

    En Alemania el futuro de la eolica, pasa por los molinos en el mar, pero, estos molinos en tierra, tambien ayudan.

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