La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima ha comenzado la segunda fase del vertido de agua contaminada y tratada de sus instalaciones, tras confirmar que la primera descarga se llevó a cabo dentro de los límites de seguridad establecidos.
Tokyo Electric Power Company (TEPCO) llevó a cabo una primera fase del vertido al Pacífico entre el 24 de agosto y el 11 de septiembre de 7.788 metros cúbicos del líquido procesado, con un volumen de tritio de aproximadamente 1,1 billones de bequereles, según datos aportados por la empresa energética.
Los bequereles (Bq) son un indicador de la radiactividad emitida por el tritio, el principal radioisótopo restante en el agua procesada, y que TEPCO se ha comprometido a mantener en una concentración inferior a los 1.500 Bq por litro en el vertido, un nivel considerado seguro para la salud humana y para el medio ambiente.
El agua de Fukushima
Las muestras tomadas diariamente por TEPCO del líquido antes de su primera descarga al mar mostraron que se respetó el tope fijado, mientras que otros análisis realizados por las autoridades niponas y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en aguas en torno a la planta no arrojaron ninguna anormalidad.
Tras comprobarse que el sistema de filtrado y dilución del agua funciona dentro de lo previsto, TEPCO comenzó hoy a transferir dentro de sus canalizaciones y a testar parte del líquido procesado para confirmar que cumple los estándares fijados por las autoridades niponas y respaldados por la OIEA.
Si no se producen imprevistos, este proceso continuará el jueves con la nueva descarga al mar, que se prolongará durante los próximos días y consistirá en otros 7.800 metros cúbicos de agua y con una cantidad similar de tritio a la del primer vertido.
Millones de toneladas de agua contaminada han sido generadas en las instalaciones de la planta, bien por los trabajos de enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido en el accidente atómico de 2011, o bien por las filtraciones de agua de lluvia en las mismas a lo largo de los años.
Este agua es tratada mediante un complejo sistema de filtrado que elimina la mayor parte de los elementos radiactivos nocivos, menos el tritio (un isótopo nuclear presente en la propia naturaleza), antes de su almacenamiento en tanques para ser vertida.
Actualmente hay más de 1.000 tanques en los terrenos de la planta y se espera que su vertido se prolongue al menos durante 30 años.
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