El grupo chino JSTI ha comprado el 90% del capital social de la firma de ingeniería española Eptisa al fondo de inversión Magnum Capital, del empresario Ángel Corcóstegui, por un importe de 16 millones de euros, según informó la firma que cotiza en la Bolsa de Shenzhen.
Eptisa es una firma con sesenta años de historia y una plantilla de unos 2.000 empleados. Al cierre de 2015 tenía una cartera de proyectos de unos 182 millones de euros repartidos por 43 países y generaba una facturación de unos 110 millones de euros.
La compañía acomete trabajos de ingeniería y consultoría en un gran abanico de sectores, desde el del agua y el medioambiente, hasta el de la energía, pasando por las infraestructuras de transporte y la edificación.
Eptisa considera que la operación "refuerza su posición a escala internacional" y constituye un "fruto y ejemplo de la excelente colaboración que las economías china y española mantienen desde hace tiempo".
La ingeniería china JSTI, de su lado, enmarca la compra de esta firma en la estrategia de reforzar la expansión de su negocio más allá del mercado local que puso en marcha después de que en 2002 dejara de ser una empresa pública y comenzara a cotizar.
En virtud de esta nueva etapa, JSTI ya compró el pasado mes de junio la estadounidense de servicios medioambientales TestAmérica por 132 millones de dólares (unos 117,8 millones de euros).
Estas operaciones internacionales se suman a la docena de firmas chinas que el grupo asegura haber adquirido desde que saltó a Bolsa.
En el comunicado en el que anuncia la operación, JSTI destaca la cartera de clientes con que cuenta Eptisa, entre los que figuran organismos oficiales como el Banco Mundial, los fondos de desarrollo de la UE, y el Banco de Desarrollo de Asia.
La compra de la ingeniería española por parte de el grupo chino tiene lugar en tanto la licitación de proyectos de ingeniería se en el mercado español continúa a la baja, obligando a las empresas del ramo a reforzar su internacionalización.
Asimismo, las patronales del sector vienen además denunciando que la baja con la que se adjudican los pocos concursos que se promueven convierten la contratación del sector en una mera subasta, con el consiguiente efecto en las propuestas técnicas de las firmas.
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