El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, tiene entre ceja y ceja al sector eléctrico y está dispuesto a hacer lo que sea para que sean las compañías eléctricas las que sigan financiando los 180-200 millones de euros que cuesta el bono social eléctrico cada año.
Según ha podido saber este diario, el ministro pretende que todas las eléctricas, generadoras, comercializadoras y distribuidoras, paguen el bono social a partir de ahora.
Con esta decisión, Nadal quiere cumplir con la sentencia reciente del Tribunal Supremo que vio discriminatoria la normativa que obligaba a las compañías que tienen sus negocios integrados verticalmente, es decir, que producen, distribuyen y venden electricidad, a financiar esta partida.
Estas empresas son las cinco grandes eléctricas, Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo. Las cinco que componen la patronal Unesa, a las que el Supremo les dio la razón y a las que se les tendrá que devolver unos 500 millones de euros por la financiación de los últimos años.
Al extender la financiación del bono social a todo el sector eléctrico, el equipo de Energía cree que cumplirán con creces con lo que les pide el Supremo: acabar con la discriminación de la medida.
Ya anunció este miércoles el ministro en el Senado que el Gobierno recurriría la sentencia del Supremo, aunque la iba a acatar. Algo poco entendible. Por un lado, pide la nulidad y por otro lo acata.
Lo que se desconoce es cómo será el reparto. El anterior ministro de Energía, José Manuel Soria, también se enfrentó a la misma decisión del Supremo, y es por ello que extendió el pago del bono social a todos los agentes del sector. Pero su reparto siguió siendo igual de discriminatorio. Prácticamente la totalidad ha seguido recayendo en las cinco grandes eléctricas.
Ahora Nadal tendrá que atinar para que el sector trague con una medida así. El problema será si el Supremo seguirá viendo o no si hay discriminación en la financiación. Nadal aseguró ayer en el Senado que ni los consumidores ni el Estado financiarán esta partida. Si el reparto se queda solo entre las compañías del sector, y no participan consumidores y Estado, podría verse como algo discriminatorio, según fuentes jurídicas, pero para eso habría que esperar a una posible resolución del Tribunal Supremo.
Apoyo de los partidos
El ministro Álvaro Nadal ha sido el encargado de manejar esta crisis que le ha estallado al Gobierno nada más aterrizar de nuevo en Moncloa tras el fallecimiento de una anciana en Reus en un incendio en su hogar por culpa de una vela encendida por no tener suministro eléctrico.
Nadal ha cogido el toro por los cuernos, y antes de hablar con el sector, ha decidido ganarse el apoyo de los partidos políticos y de los consumidores con un ataque rotundo a las eléctricas, a las que ha culpado de la grave situación que viven millones de familias en España.
Sin autocrítica
Lo que no ha tenido en cuenta Nadal es que el Gobierno al que pertenece no hizo absolutamente nada por la pobreza energética en la anterior legislatura. Todo lo que llegó a hacer es tumbar las distintas normativas que las distintas Comunidades Autónomas aprobaban en sus parlamentos.
Rajoy y Soria negaban la existencia de la pobreza energética. Eran unas palabras malditas que estaban prohibidas en Moncloa. Decían que no había problema. Eran unos auténticos negacionistas de la pobreza energética. Ponían como excusa al bono social eléctrico como la medida perfecta para paliar este problema. Algo, que con el tiempo, les ha quitado la razón. Solo cabe recordar la entrevista a Soria en Salvados.
Nadal ha visto la paja en el ojo ajeno, pero no ha visto la viga en el suyo. Es por ello que el anterior Gobierno del PP desvió tanto la atención del problema que las eléctricas y el resto de administraciones (CCAA y ayuntamientos) se vieron en la obligación de tomar cartas en el asunto y alcanzar acuerdos para acabar con los cortes de suministro a los consumidores vulnerables. Cientos de acuerdos por todo el territorio nacional, miles de impagos que han asumido las propias compañías y, en algunos casos excepcionales, algunos ayuntamientos.
Mientras, el Gobierno no hizo nada. Por no hacer, ni consiguió que bajase el precio de la luz durante su mandato.
Acuerdo político
Este jueves Nadal se reunirá con los portavoces de Energía del resto de formaciones políticas para explicarles el plan y conseguir un consenso en la financiación del bono social.
Pero no será tan fácil para el nuevo ministro. El PSOE pretende que mañana salga de la reunión un compromiso de todos los partidos para sacar lo antes posible una normativa a nivel nacional que solucione de verdad los problemas a los consumidores vulnerables.
Asimismo, se tratará un cambio sobre quiénes deben ser los beneficiarios del bono social. Las propuestas tanto de las eléctricas (sobre todo Endesa) como de algunos partidos pasa por que el dinero destinado a financiar llegue a quien realmente lo necesite. Es por ello que previsiblemente el bono social se reparta según la renta de las familias que lo demanden.
Al final, una desgracia es la que ha hecho moverse al Gobierno, cuando hasta ahora las únicas que han tomado cartas en el asunto son el resto de administraciones junto a las eléctricas.
Ojalá se encuentre pronto una solución que acabe con este grave problema social.