La descongelación del permafrost de la Antártida, un tipo de suelo que hasta ahora permanecía permanentemente congelado, está liberando a la atmósfera grandes cantidades de gases de efecto invernadero atrapados durante siglos, contribuyendo así al cambio climático, según un estudio coordinado por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).
El fenómeno, que está afectando a algunas de las regiones antárticas cercanas a la costa que quedaban libres de hielo debido al clima extremo, podría extenderse a lo largo de los 24.000 kilómetros de litoral del continente y liberar miles de toneladas de dióxido de carbono enterradas, alertó este jueves el INGV.
Únicamente en el área de 21,6 km2 de permafrost analizado por el estudio, situada en la mayor zona libre de hielo del continente, la región de los Valles Secos de McMurdo, se liberaron unas 15 toneladas diarias de dióxido de carbono, 448,5 en todo el periodo del verano austral.
Los gases de efecto invernadero de la Antártida
"Estos datos preliminares sugieren la presencia de elevadas cantidades de gases disueltos en el sistema de salmuera subsuperficial sobrepresurizado bajo el permafrost", explicó el investigador del Instituto de Geología Ambiental y Geoingienería italiano (IGAG) Giancarlo Ciotoli.
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