Dos empresas filiales de Abengoa, Simosa y Simosa IT, han comunicado a sus trabajadores la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) en el caso de la primera sociedad, y de un ERE y un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en el caso de Simosa IT, los cuales afectarán, entre las dos empresas, a un total de 81 trabajadores.
Fuentes sindicales han indicado a Europa Press que estos expedientes se les han comunicado hace aproximadamente una semana, y ya se ha constituido la mesa de negociación, de forma que se han celebrado las primeras reuniones, que dan inicio al período de consulta, que dura un mes.
En el caso de Simosa IT, que tiene una plantilla de 110 trabajadores, se han presentado un ERTE para 31 trabajadores, de 24 meses de duración, y un ERE para diez trabajadores. Simosa IT es una empresa de tecnología de la información que, según las fuentes, "da soporte informático, y atiende a servidores y ordenadores, especialmente al resto de empresas del grupo Abengoa".
Por su parte, Simosa SA, que es encargada de atender servicios generales, como mantenimiento, centralita telefónica o limpieza, también para el conjunto de empresas del grupo, tiene una plantilla de 86 trabajadores aproximadamente, y se ha planteado un ERE para 40 trabajadores.
Los trabajadores de Abengoa han denunciado la "falta de información" sobre el proceso de reestructuración y no comprenden "cómo encajan estos expedientes de regulación de empleo con las últimas noticias de beneficios comunicados por la compañía, ni con los bonus por reestructuración cobrados por los directivos".
"Nos duele comprobar una vez más que son los trabajadores los que pagan la mala gestión de la compañía y todo ello sin la intervención de nadie", se han lamentado los trabajadores, quienes han reclamado "un trato justo y proporcionado para los empleados", así como que las negociaciones "se realicen de buena fe y se proporcione una salida digna a los trabajadores".
Los trabajadores creen "injustificado y desproporcionado un ERTE de 24 meses de duración, que condena a dos años de paro a los afectados, y máxime sin existir un plan industrial que justifique la magnitud de dicha medida".
A juicio de los trabajadores, "una vez más, la compañía utiliza un ERTE de larga duración como elemento de presión para la firma de acuerdo que justifique las causas en el ERE".
Los trabajadores esperan que "éstos sean los dos últimos expedientes --después de los 32 anteriores y 2.000 empleados menos en Sevilla-- a los que tenemos que enfrentarnos, dentro de la última fase del proceso de reestructuración de la empresa, y no responda todo a planes torticeros de liquidación de la compañía".
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