El Gobierno francés ha anunciado que el Estado inyectará 3.000 millones de euros en la futura ampliación de capital que lanzará la eléctrica pública EDF, al borde de la asfixia financiera.
EDF buscará una recapitalización de 4.000 millones de euros antes del cierre de las cuentas del presente ejercicio, es decir, en febrero de 2017, en la que participará ampliamente el Estado, accionista al 85% de la primera empresa de electricidad de Francia.
Los poderes públicos recibirán a cambio dividendos en forma de acciones en los dos próximos años en lugar de tesorería, señalaron en un comunicado conjunto los ministerios de Finanzas y de Economía.
"El Estado reafirma así su confianza en la dirección de la empresa y en el conjunto de sus empleados para asegurar el éxito de EDF en el marco de un diálogo social de calidad", indicaron.
El anuncio se produce tras el consejo de administración de EDF celebrado este viernes, en el que la eléctrica anunció su plan de ahorro y su estrategia a corto plazo, en un contexto de caída de los precios de la electricidad en Europa.
La dirección de EDF decidió que antes de que acabe el 2016 abrirá el capital de su filial RTE, con la que gestiona el tendido de las líneas de alta tensión.
Esa operación se enmarca en un programa de cesión de 10.000 millones de euros de activos y que también podría afectar a centrales de carbón en Polonia y actividades de exportación de hidrocarburos.
Otra de las medias que EDF anunció en un comunicado es que rebajará sus inversiones en 2.000 millones de euros al año hasta 2018, para dejarlas en torno a los 10.500 millones.
Además, EDF ajustará su plan de ahorro para reducir costes en 700 millones de euros suplementarios en el horizonte de 2018 y en más de 1.000 millones de euros en 2019.
El grupo no anunció nuevas supresiones de empleos, más allá de los 3.500 ya previstos.
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