El exdirector general de Política Energética y Minas Jaime Suárez ha apuntado que el 24 de septiembre de 2013 uno de los seísmos registrados en el entorno de Castor alcanzó una intensidad de 3,6 y dos días después se tomó la decisión de paralizar la inyección de gas. Según ha dicho, cuando ya no había inyección de gas aumentó la potencia de los seísmos y en junio de 2014 se prorrogó la decisión de paralizar la actividad tras comprobarse que había una relación causa-efecto entre la inyección y los seísmos.
Así se ha pronunciado este testigo en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Castellón contra dos directivos de la empresa Escal UGS, adjudicataria del proyecto Castor, y la propia mercantil, acusados de un delito contra el medio ambiente y los recursos naturales.
Según ha explicado Jaime Suárez, los técnicos suponían que si se reiniciaba la inyección de gas, se desestabilizaría la situación del almacenamiento y volverían los seísmos. Por tanto, para evitar cualquier riesgo a personas y al medio ambiente, se continuó con la paralización de la inyección de gas, ha añadido.
Por su parte, el que fuera subdirector general de Hidrocarburos Sergio López ha indicado que cuando se registraron los movimientos sísmicos se observó que se había procedido a monitorizar la situación y que eran conscientes de que la empresa llevó a cabo una reducción del caudal de inyección.
Según ha señalado, la colaboración con la empresa fue "absoluta" y no tiene la percepción de que esta ocultara datos, sino "todo lo contrario", ya que dio acceso a la información a todos los organismos que les indicaron. Así mismo, ha destacado que desde que se comunicó la sismicidad por parte de Escal UGS hasta que se dictó la paralización de la inyección de gas no hubo incumplimientos por parte de la empresa.
OBSERVATORIO DEL EBRO
También ha declarado en la sesión de este martes el que fuera en aquel momento director del Observatorio del Ebro, el cual ha explicado que cree que el proyecto de impacto ambiental tenía en cuenta las sugerencias que hicieron desde el instituto de investigación.
Ha subrayado que el Observatorio del Ebro se encargó de la monitorización y vigilancia sísmica a propuesta de Escal UGS. Así mismo, ha indicado que el rechazo inicial de la población hacia el proyecto se debió a que "tenían miedo de que se escapara gas o hubiese una explosión" porque en aquel momento todavía no se había hecho público el documento del Observatorio del Ebro en el que se manifestaba que podía haber sismicidad inducida.
La que fue responsable de sismología del Observatorio del Ebro en aquel momento ha afirmado que algunos de los seísmos que se registraron eran pequeños, pero que podían ser precursores de terremotos más grandes. Así, ha resaltado que se vieron con la monitorización muchos seísmos pequeños en una zona donde antes no había ninguno, lo que era "raro", y que si había seísmos acumulados "era un dato a tener en cuenta".
La testigo ha señalado que la zona de Castor tiene una peligrosidad sísmica muy baja y que dicho nivel no ha cambiado. Así mismo, ha relatado que la inyección de gas lo que hace es acelerar los seísmos en el tiempo.
La encargada de la monitorización del Observatorio del Ebro, por su lado, ha declarado que en el primer semestre de 2013 los seísmos se detectaban en tierra, mientras que en los informes de septiembre de ese año aparecían en el mar en torno a la plataforma. A partir del 10 de septiembre se informó del aumento de la sismicidad y, como durante la inyección de gas de agosto no se detectó ningún terremoto, se sugirió a la empresa parar la inyección o rebajar el caudal para analizar la situación. Ha añadido que una vez se redujo el caudal de inyección, disminuyeron la frecuencia y magnitud de los seísmos y en 2014 la sismicidad volvió a valores anteriores a la inyección.
TRABAJADORES SINTIERON TEMBLORES
Además, han declarado como testigos algunos trabajadores de la plataforma Castor, algunos de los cuales han afirmado que sintieron temblores tras producirse la inyección de gas, aunque uno de ellos ha indicado que durante el periodo de inyección percibió algunos movimientos ligeros.
El que fuera supervisor de operaciones en la plataforma ha dicho que en la tercera fase de inyección tenían órdenes de intensificar la vigilancia de las presiones. El juició continuará este miércoles.
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