Hace menos de un mes que la compañía hispano-germana Siemens Gamesa presentó sus resultados de 2018 y las cifras no podían ser mejores. Según su documento 'Activity Report 2018': "Siemens Gamesa Renewable Energy concluyó su primer año completo con un desempeño financiero en línea con los objetivos para el año fiscal 18 y después de haber conseguido todos los hitos establecidos en el programa L3AD2020".
Siemens Gamesa reconocía haber alcanzado “con éxito” las guías del año fiscal 2018 (ventas de 9.000-9.600 millones de euros y capex de 500 millones), “sentando las bases para su crecimiento rentable” y “asegurar una política de dividendo anual de un 25% sobre el beneficio neto reportado”.
Este anuncio tenía mucha importancia para los trabajadores de la compañía, porque como muchas otras, el gigante eólico ofrece una retribución variable al salario, un complemento vinculado al esfuerzo para la consecución de esos objetivos. Esa retribución se calcula en función de la suma de los hitos fijados al inicio del año para la empresa y de otros propios o del departamento. Y se supone que si se han logrado al cien por cien los objetivos generales de la empresa, se notará especialmente en la cifra final.
Sin embargo, según ha informado la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el consejero delegado, Markus Tacke, que tuvo una retribución fija anual con 1,4 millones de euros junto con una aportación de 167.000 euros al sistema de ahorro, en concepto de retribución variable a corto plazo solo percibió 348.600 euros, es decir, el equivalente al 49,8% del máximo estipulado por cumplimiento de objetivos económico-financieros y operativos.
Según indica el informe anual de gobierno corporativo, la remuneración fija anual del consejero delegado se ha mantenido durante el ejercicio 2018 en los mismos términos aprobados en su nombramiento en mayo de 2017 y se mantiene inalterada para el ejercicio 2019, ascendiendo a 700.000 euros.
Pero ¿por qué Tacke recibe menos de la mitad de la retribución variable si ha cumplido con todos los objetivos? Según fuentes internas de la compañía, el CEO no tiene objetivos individuales, ¿quién se los va a establecer si es él quien los fija? Así que esta retribución solo está vinculada a los hitos establecidos para el conjunto de la compañía.
La retribución variable fijada para Siemens Gamesa se fundamenta en cuatro objetivos de grupo: un 30% está vinculado al Ebit antes de PPA (fijado en 694 millones de euros, y que por un pequeño margen se situó en los 693 millones); un 30% al flujo libre de caja después de intereses e impuestos (fijado en 367 millones de euros y que incluso se dobló hasta los 615 millones); otro 30% a la entrada de pedidos (fijado en 11.240 MW y que prácticamente se logró hasta los 11.234 MW); y un 10% a la sostenibilidad con un objetivo de conseguir la puntuación media de los últimos cuatro años (76).
Precisamente, en este último punto la multinacional eólica no consiguió alcanzar lo esperado en el índice de sostenibilidad, pero realmente solo representa un 10% en el cómputo total de los objetivos de grupo. Y mientras Tacke solo recibe el 49,8% de la retribución variable, según ha podido saber este diario, el resto de los empleados juega con porcentajes muy por encima de esos números, que fluctúan en función del departamento y de las funciones propias de cada uno de ellos. Esperan recibir entre el 80 y el 90% del total de esa retribución variable.
Sea cual sea la razón por la que a Markus Tacke se le vaya a pagar solo por la mitad de los objetivos alcanzados para 2018, lo cierto es que los resultados presentados por la compañía el pasado 6 de noviembre sirvieron para remontar su valor en bolsa, de los 9,88 euros por acción hasta los 12,24 euros, dejando atrás una estela descendente que se inició en septiembre.
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