Fortescue Metals ha dado un paso decisivo hacia la minería libre de combustibles fósiles al renovar su flota con 360 camiones eléctricos Liebherr T 264, vehículos de gran tonelaje que además incorporan un avanzado sistema de conducción autónoma. La compañía australiana, uno de los mayores productores mundiales de mineral de hierro, enmarca esta operación en su meta de eliminar las emisiones directas de alcance 1 y 2 para 2030.
La inversión, valorada en unos 4.000 millones de dólares, forma parte de un pedido global de 475 máquinas de cero emisiones que incluye, además de los camiones, 55 excavadoras y 60 topadoras eléctricas. Con esta apuesta, Fortescue prevé reducir sus costes de combustible entre 300 y 400 millones de dólares anuales y dejar de consumir decenas de millones de litros de diésel cada año, una medida que repercutirá tanto en el balance económico como en el ambiental.
Revolución en el transporte minero
El camión Liebherr T 264, eje de esta transformación, representa una auténtica revolución tecnológica en el transporte minero. Con un peso en vacío de unas 176 toneladas y capacidad para mover más de 240 toneladas de carga útil, integra un paquete de baterías de 3,2 MWh que alimenta motores eléctricos capaces de entregar par constante incluso en rampas pronunciadas y terrenos irregulares.
Su sistema de recarga ultrarrápida de hasta 6 MW permite recuperar el 100% de la energía en alrededor de 30 minutos, mientras que el frenado regenerativo aprovecha los descensos para devolver electricidad a las baterías y reducir el consumo total. A ello se suma la tecnología Autonomous Haulage Solution, que le permite operar sin conductor mediante sensores, radares y cámaras que supervisan el entorno en tiempo real, una ventaja decisiva en explotaciones mineras remotas donde la seguridad y la eficiencia son prioritarias.







Sol Mediterráneo
20/09/2025