Por desgracias España y el mundo entero está viviendo una crisis sin precedentes. Desde este lunes toda la industria electrointensiva del país debe paralizar salvo que se dediquen a producir materiales sanitarios o algunos productos para las ya denominadas actividades esenciales (química para hidrogeles, papel, etc). Pero los grandes fabricantes de aluminio, acero, etc, deben parar sus máquinas, sus fábricas durante las próximas horas o días.
El Gobierno ha publicado a las 23.40 horas aproximadamente el Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso
retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales, con el fin de reducir la movilidad de la población en el contexto de la lucha contra el COVID-19.
En un principio, y según los borradores del texto que se filtraron a algunos medios, una de las actividades que se mantenía era la de la industria electroinensiva, simple y llanamente porque su parón podría ser más perjudicial ya que podría haber incidencias o averías varias en ese proceso de cierre temporal de la actividad.
Pero finalmente, el Gobierno ha optado por el parón de la producción de buena parte de esta industria electrointensiva. Ese punto lo ha sacado del texto final y por tanto en las próximas horas deberán ir apagando sus fábricas. El Gobierno da un plazo de 24 horas para que la paralización se lleve a cabo, pero en este caso, probablemente lleve más tiempo por varias circunstancias.
Por un lado, las fábricas de empresas como Arcelor, Alcoa, Asturiana de Zinc, Celsa, etc, no se paran dando a un botón y ya está. Lleva su tiempo hacerlo. Y por otro lado, la caída de la demanda eléctrica que esta medida producirá, llevará al sistema eléctrico español a una situación prácticamente no vista jamás.
Si a la caída de la demanda eléctrica, que ronda el 10% durante los primeros 15 días de estado de alarma, se le suma la que se producirá en los próximos días, el sistema eléctrico español estará viviendo su mayor situación de estrés.
Probablemente se vean obligados en el operador del sistema eléctrico a parar centrales de generación de todo tipo, desde centrales nucleares reduciendo potencia hasta parques eólicos o fotovoltaicos desconectados porque no pueden permitir tanta entrada de electricidad en el sistema.
El papel de Red Eléctrica durante los próximos días será fundamental para mantener la garantía de suministro. Tendrá que encajar un puzle muy complejo. Caídas fuertes de la demanda, sobre todo en zonas muy concretas del país (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco), que tendrán que ser controladas también desde REE para encajarla con la generación eléctrica disponible, que en principio es toda y que tendrá que recibir órdenes de parar o reducir potencia.
Sin duda, la paralización de la economía, salvo la esencia para afrontar la guerra contra la COVID-19, marcará un antes y un después.
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