El ministro de Ambiente de Portugal, João Matos Fernandes, aseguró hoy que el Gobierno luso cuenta con “un colchón” para amortiguar el encarecimiento de la electricidad, que marca récord en la península ibérica, aunque no avanzó medidas concretas y reconoció que es complicado mantener las tarifas.
“Tenemos un colchón que obviamente estamos usando y que vamos a usar para reducir el precio de la electricidad, o mejor, para inhibir el aumento del precio de la electricidad a los consumidores”, apuntó el ministro.
En un momento en que el precio alcanza este martes en la península ibérica el récord de 130 euros por megavatio, Matos Fernandes indicó que la intención del Ejecutivo portugués, liderado por el socialista António Costa, es que el precio de la electricidad no aumente, aunque rehusó hacer promesa alguna.
“Es obvio que el encarecimiento de la electricidad en la producción es un factor que inhibe la posibilidad de que podamos reducir su coste. Lo que tenemos es, de hecho, otras muchas posibilidades para poder contrarrestarlo”, apuntó.
El ministro explicó que, aunque el precio sea el mismo para Portugal y España, la situación es muy diferente en las facturas de los consumidores: “en España la mayor parte de los contratos y de las variaciones son mensuales. En Portugal son anuales, no hay comparación”.
Así, las subidas podrán empezar a sentirlas los portugueses previsiblemente a inicio del próximo año, situación que no ha evitado que la alarma surja ya en Portugal.
El regulador de energía, ERSE, ha dicho por el momento que es “prematuro anticipar cualquier decisión” de una nueva subida de tarifas en el mercado regulado, que suele servir de referencia para el mercado libre.
Las eléctricas EDP, Galp y Endesa han dicho a medios locales que no se plantean, al menos por ahora, subir las tarifas.
Solo Iberdrola parece abierta a la posibilidad en el caso de que la tendencia de aumento de precios se mantenga.