"España es un líder mundial en todos los campos, con un tejido industrial que incluye empresas de alto nivel internacional... Y en los últimos años, se ha puesto en marcha una política que fomenta las energías renovables y limpias". Con estas palabras, el Gobierno saca pecho del sector empresarial y especialmente del renovable español cuando cruza la frontera. Una frontera tanto física como virtual porque también lo hace a través de las redes sociales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores aprovecha su cuenta de Twitter en inglés para vender su 'Marca España' con las compañías españolas, de las que dice son líderes en energías renovables. Y para decorarlo, añade un sol, una ola y el símbolo del viento:
Y eso a pesar de que España ha sufrido un parón durante los últimos cinco años por la moratoria renovable, que solo va a ver aliviado gracias a las tres subastas organizadas en el último año y medio y que abren la puerta a nuevos proyectos que suman 8.000 MW.
También saca pecho pese a que es el país líder mundial en denuncias ante los tribunales internacionales por los recortes y los cambios retroactivos de la normativa. Tanto es así que ya acapara el 20% de las solicitudes de arbitraje de decenas de empresas y fondos de inversión extranjeros.
Pero de lo que no cabe duda es que lo que dice es cierto. El informe que ha preparado para tal fin recuerda que "España es el segundo país en Europa en términos de generación de energía eólica y el cuarto en términos de potencia instalada (22.974 MW a finales de 2014)", y es verdad.
También dice que "es el quinto país en Europa en términos de energía solar fotovoltaica instalada (4.772 MW) y octava en todo el mundo", y no se puede negar, al igual que cuando destaca que "tiene la mayor capacidad instalada de energía solar térmica en el mundo (2.250 MW a diciembre de 2014), con centrales eléctricas comercialmente operativas en las cuatro tecnologías disponibles: torre, cuba parabólica cerrada, fresnel y platos. El 73% de los proyectos realizados en todo el mundo son realizados por empresas españolas".
Y aún se puede decir más. Los datos señalan que nuestro país "posee el segundo mayor número de patentes de energía renovable por habitante en el mundo (detrás de Alemania y por delante de Estados Unidos), quinto en términos absolutos y séptimo en términos de inversión (Informe UNEF)", que ocupamos el "tercer lugar en la Unión Europea para la hidroelectricidad instalada (18.801 MW)", y el "sexto lugar en la Unión Europea para la producción de energía primaria a partir de biomasa".
Pero de quienes más se vanagloria es de las empresas españolas. Y aunque no cita a Iberdrola, es fácil adivinar de quién se trata cuando afirma que "el líder mundial en producción de energía renovable es español y es también una de las cinco mayores compañías eléctricas del mundo", o cuando dice que "el cuarto fabricante de turbinas eólicas en el mundo en términos de cuota de mercado total a diciembre de 2014 es español" refiriéndose a Gamesa. Más dudosa, a día de hoy, es la frase que se refiere a Isolux Corsán como "la empresa con mayor capacidad fotovoltaica instalada en el mundo es española", pero es cierto que "las empresas líderes en el sector de la termoeléctrica también son españolas".
Para el Gobierno, "el modelo español es reconocido en todo el mundo. En España, país sin depósitos de hidrocarburos, la contribución de las energías renovables al mix de generación ya ha alcanzado cerca del 40%. Como resultado, las empresas españolas ocupan posiciones de liderazgo en el ranking mundial de los distintos tipos de energía".
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