El mecanismo de capacidad es necesario, pero no es la solución definitiva para el almacenamiento

En el II Foro de Almacenamiento organizado por El Periódico de la Energía y celebrado en la sede de EY, diferentes expertos del sector eléctrico coincidieron en la importancia del mecanismo de capacidad como una herramienta necesaria para el impulso del almacenamiento energético, aunque todos señalaron que no representa la solución definitiva.

Rafael del Río, director adjunto de regulación en Iberdrola, destacó el avance que España ha logrado en almacenamiento energético respecto a otros países europeos. “Tenemos a día de hoy, según datos del Ministerio, 17 TWh de electricidad almacenada en los embalses, lo que equivale a unas 600 horas o 25 días de consumo eléctrico en España. Es un buen punto de partida”, señaló.

Del Río subrayó la diversidad tecnológica de almacenamiento disponible —como el bombeo hidráulico, las baterías y el almacenamiento térmico industrial—, y recalcó la necesidad de evaluar su apoyo mediante mecanismos regulatorios eficaces. También recordó que el desarrollo del mercado de capacidad en España está supeditado a un análisis europeo de cobertura que solo detecta problemas hasta 2028, limitando la viabilidad de convocar subastas más allá de esa fecha.

El mercado de capacidad, ¿motor o freno?

Para Lourdes Llana, directora de almacenamiento de RIC Energy, el mecanismo de capacidad debe convertirse en una realidad a corto plazo: “Lo necesitamos ya. El almacenamiento no puede depender únicamente de ayudas puntuales o promesas futuras. Necesitamos certidumbre para avanzar”.

Llana celebró los incentivos actuales —como los fondos FEDER y ayudas al CAPEX—, pero reiteró que la incertidumbre sigue siendo una constante en el sector. “Los mercados de capacidad no determinan si el almacenamiento es necesario. Lo es. Lo que necesitamos es actualizar e implementar los mecanismos de ingreso que lo hagan viable”, afirmó.

Antonio Delgado, CEO de AleaSoft, incidió en que la clave está en la rentabilidad, aún muy incierta: “Todo el mundo quiere apostar por el almacenamiento, pero cuesta dar el paso porque no está claro cuánto se va a ingresar y cómo será la retribución”. Según Delgado, la bajada de precios de las baterías ha supuesto un punto de inflexión, y el mecanismo de capacidad podría dar el impulso definitivo para consolidar su rentabilidad.

“La batería no genera electricidad, la almacena y la gestiona. Es un sistema más complejo que el solar o el eólico. Necesitamos confianza en su viabilidad económica”, explicó.

Una estrategia nacional ausente

Desde Acciona Energía, Marta Fernández hizo un llamado a diseñar una estrategia clara de país: “El mecanismo de capacidad no es la solución. Es una de las muchas soluciones que necesitamos. Y debe ir acompañado de una estrategia que priorice los distintos tipos de almacenamiento según su viabilidad y valor al sistema”.

Fernández lamentó el estancamiento en proyectos de almacenamiento hidráulico y la falta de foco en tecnologías con alto potencial. “No basta con hablar de baterías. Necesitamos desarrollar también el almacenamiento térmico e hidráulico. Y eso requiere definir qué proyectos son factibles y cómo se van a retribuir”, apuntó.

Finalmente, Luis Marquina, presidente de AEPIBAL, explicó la importancia del “apilamiento de ingresos”, un concepto clave para garantizar la viabilidad del almacenamiento: “El almacenamiento necesita sumar ingresos de distintas fuentes: servicios de ajuste, arbitraje en el mercado, y también el mecanismo de capacidad. Este último puede ofrecer una estabilidad de ingresos a 10 años, lo que permitiría, por ejemplo, acudir a la banca con mayor seguridad financiera”.

Marquina advirtió sobre el riesgo de que la volatilidad actual del mercado impida inversiones sostenibles, y subrayó que el mecanismo de capacidad debe dar esa certidumbre para desbloquear nuevos proyectos.