El comercio de emisiones de carbono está al alza. Hace años era imprevisible que se pudiera negociar con ello, pero a día de hoy, las distintas iniciativas en los cinco continentes han elevado el negocio del carbono a la inestimable cifra de los 50.000 millones de dólares, según el último informe del Banco Mundial, presentado en el congreso mundial Carbon Expo que se celebra en Barcelona y que ha inaugurado el Rey Felipe VI.
En el último año y medio, Portugal y México han implementado nuevos impuestos sobre el carbono, Corea del Sur comenzó uno de los sistemas de comercio de emisiones más grandes del mundo, y California y Quebec han vinculado sus sistemas de comercio con límites máximos, que Ontario tiene previsto unirse.
China, por su parte, tiene siete mercados de carbono locales (el más antiguo, en Shenzen, está a punto de concluir su segundo año), y todo el país, siendo el emisor líder de gases de efecto invernadero, planea lanzar un sistema nacional de comercio de emisiones en 2016. Los precios del carbono también han avanzado en Chile tras la aprobación de un impuesto sobre el carbono para 2018.
A España, de momento, se le espera, y eso que la Unión Europea es la única gran región que se ha marcado objetivos de cara a 2030 algunos países como Alemania y Francia impulsan este mercado.
Estos son algunos de los 40 países y más de 20 ciudades, estados y provincias que ahora utilizan o planean utilizar un precio del carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En total, las iniciativas en funcionamiento hoy en día se valoran en casi 48.000 millones de dólares, al cambio unos 44.000 millones de euros, según el Banco Mundial.
"Un precio del carbono eficaz es una parte esencial de un conjunto de políticas que pueden reducir las emisiones e impulsar una economía baja en carbono", ha dicho la vicepresidente del Banco Mundial y Enviada Especial para el Cambio Climático, Rachel Kyte.
El informe señala que de los 44.000 millones de euros, casi un tercio aproximadamente son tasas que imponen los gobiernos a las emisiones de carbono. Los sistemas de comercio de emisiones (ETS) han generado un volumen de 34.000 millones de dólares, unos 31.000 millones de euros al cambio actual. Este datos es 2.000 millones de dólares más alto que es el que se generó en 2014.
En total, todos los instrumentos de fijación de precios de carbono cubren aproximadamente 7 Gt de CO2e, o alrededor del 12% de las emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero.
La colaboración entre empresas y gobiernos será vital para que se desarrolle aún más este mercado que está prácticamente iniciándose y que será fundamental para cumplir con los objetivos que se fijarán en la Cumbre de París del próximo otoño.
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