Los planes del presidente francés Emmanuel Macron de hacer de la energía nuclear un pilar de la estrategia de descarbonización de la UE plantean una “pesadilla política” para el próximo gobierno alemán. En una conversación reciente con Macron y la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, el canciller alemán entrante, el socialdemócrata Olaf Scholz, declaró que siempre se ha opuesto a la energía nuclear.
Scholz destacó que su punto de vista no difiere mucho del que mantiene el Partido Verde, cuyo origen se remonta al movimiento antinuclear de Alemania en la década de 1980. Aunque esta clara declaración podría haber retrasado los planes de la UE de declarar la energía nuclear como una tecnología sostenible en su próxima taxonomía, Francia puede finalmente prevalecer en el debate entre los dos estados miembros más grandes de la UE, informa Der Spiegel.
“El plan de Macron para ayudar a la controvertida energía nuclear a lograr un regreso puede no solo poner tensión en las relaciones franco-alemanas, sino también alimentar un conflicto dentro de la nueva coalición” entre el SPD , los Verdes y los liberales, argumentan. Francia y Alemania han estado discutiendo sobre la inclusión de la energía nuclear y el gas natural, que el SPD considera una “tecnología puente” en la transición energética, desde que se inició la planificación de una taxonomía de la UE para definir inversiones financieras sostenibles.
Francia también tiene un grupo de países europeos que apoyan su apuesta por la energía nuclear. El político verde de la UE, Sven Giegold, quien se convertirá en secretario de Estado en el nuevo ministerio de clima de Alemania, advirtió que el nuevo gobierno del país y Francia deben debatir urgentemente la futura política energética de la UE en lugar de comenzar su relación con un conflicto sobre la energía nuclear. “Esa es la única forma en que la ambiciosa agenda europea de la coalición tiene una oportunidad”, dijo Giegold.