La transición energética que España y Europa deben llevar a lo largo de los próximos años, si se quiere cumplir con los Acuerdos de París, incluye una continua expansión de las renovables, pero se requieren energías alternativas, como el gas natural, que ofrezcan el respaldo necesario para dar seguridad de suministro, ¿o no?
Sobre su necesidad futura, sobre la construcción de más infraestructuras y del uso de las existentes debatieron representantes de las tres principales fuerzas de la oposición, Luis Atienza, del PSOE, Rosa Martínez, de Unidos Podemos y Javier Viñarás de Ciudadanos, en el debate '¿Qué papel debe jugar el gas en el modelo energético?' organizado por ODG (Observatori del Deute en la Globalització) y Ecologistas en Acción. El PP también fue invitado pero los organizadores no recibieron ninguna respuesta al respecto.
Todos ellos coincidieron en reconocer que las infraestructuras gasísticas en España están sobredimensionados aunque con matices. Para Luis Atienza, "hasta que no se resuelvan las restricciones técnicas (cantidad de inercia, control y flexibilidad del sistema, entre otras), es necesario contar con toda la potencia de la que disponemos", y aseguró que "el gas juega un papel relevante en los consumos que cuestan electrificar, como por ejemplo en el transporte pesado, donde el GNL y el GN es una opción mucho más sostenible que los derivados de petróleo".
"En los 90 se pensaba que iba a ser la energía de respaldo en el futuro, pero hasta el comisario de Energía de la UE, Arias Cañete, ya ha reconocido que el coste de las renovables ha bajado tanto que ha encargado un nuevo estudio para actualizar los datos y ver su necesidad futura", explicó la diputada Rosa Martínez, representante de Equo en Unidos Podemos, "de hecho, las infraestructuras que se han diseñado no tienen sentido en un horizonte 2030 y menos aún 2050, van a quedar en desuso incluso las que ya existen, no hablemos de las que se han planificación construir y eso va a repercutir en el bolsillo de los ciudadanos".
Por su parte, el representante de Ciudadanos, Javier Viñarás, señaló que "el papel del gas en la transición energética tiene que estar en segundo plano por detrás de la eficiencia energética, porque además también está interrelacionado con la demanda, la optimización de las renovables y la movilidad", y reconoció que "en España tenemos una infraestructura sobredimensionada de gas, aunque si miramos la dependencia del gas ruso de nuestros socios europeos, entendemos que nuestro país podría ser la entrada para un suministro de gas alternativo".
"No se necesita construir ni un metro más de gasoducto", le contestó Rosa Martínez, "primero porque es una energía prescindible, segundo porque cuando avancemos en la electrificación de la economía, esas necesidades de infraestructuras de gas no serán compatibles, y tercero porque tampoco se está jugando con el desarrollo de la tecnología de almacenamiento, no solo de grandes baterías sino también de uso doméstico, ya que vamos hacia un modelo de generación distribuida". A lo que añadió que "utilizar el gas y seguir invirtiendo en esta tecnología supone frenar a las renovables, apostar por el gas es perpetuar el dominio de las grandes eléctricas y de los fondos de inversión cuyo único objetivo son los beneficios".
"El modelo energético se debe apoyar en tres patas: reducir nuestras necesidades energéticas por vía de la eficiencia energética, desvinculando nuestro crecimiento económico del energético", explicó Atienza, "la segunda pata es la electrificación, porque las renovables en el sector eléctrico son más baratas y menos costosas, y más aún en los últimos años, pero actualmente solo se alcanza el 25% de nuestro consumo energético, tenemos que electrificar nuestras vías de transporte y el sector del calor/frío", y añadió que "la tercera pata es el sector industrial, cuyos procesos técnicos el sistema eléctrico aún no es capaz de responder".
El representante de Ciudadanos recordó la propuesta de su partido de "realizar una auditoría de costes para valorar la necesidad de más infraestructuras de gas en España, pero en cualquier caso, se podría realizar alguna infraestructura que les dote de gas a los socios europeos, no así para uso interno, como nuevas centrales de ciclo combinado".
En una línea muy cercana se posicionaba Luis Atienza quien reconocía que "se pueden hacer inversiones puntuales por la presencia que se prevé del gas como energía de transición, porque tardaremos aún mucho tiempo en alcanzar una alternativa descarbonizada para todos los sectores económicos".
Alta intervención del público
En una sala a rebosar en el Ateneo de Madrid, la participación de los asistentes fue muy elevada y con grandes conocimientos del sector. Se cuestionaron la falta de alternativas como el bajo desarrollo del biogás en España, la falta de apuesta por el transporte de mercancías por ferrocarril, y la falta de apuesta decidida por la geotermia o por otra energías como el hidrógeno.
También criticaron la falta de transparencia sobre la construcción del MidCat, una información que no se facilita a los ciudadanos, y las subvenciones que está recibiendo el almacén subterráneo de Doñana, cuestionando incluso su necesidad.
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