El socialista Almunia echa un cable de 1.000 millones a una central nuclear

Bruselas pretende dar una subvención de 1.000 millones de euros al grupo energético francés EDF para que construya la central nuclear de Hinkley en Reino Unido. Un informe interno de la Comisión, al que ha tenido acceso el diario alemán Der Spiegel, dice que el comisario de Competencia español y vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia, está a favor de dar las subvenciones a este proyecto.

Choca que dos socialistas como Almunia y Durao Barroso quieran ayudar al lobby nuclear teniendo en cuenta que esta formación política no es partidaria de la nuclear teóricamente, pero tampoco extraña conociendo el poder que tienen las eléctricas en Bruselas.

De esta manera, está previsto que la eléctrica pública francesa, EDF, reciba esta cantidad, algo que ha molestado mucho al otro gran lobby energético, el verde. Greenpeace ha denunciado los hechos y ha pedido a Almunia que no dé ningún euro al proyecto.

"Si se aprueba este acuerdo, la Comisión Europea saliente estará permitiendo en Bruselas el atraco del siglo. Los contribuyentes se quedarán pagando una de las centrales eléctricas más caras del mundo, y también las consecuencias cuando las cosas vayan mal, mientras que EDF se lleva los subsidios", ha declarado Andrea Carta, asesor jurídico de Greenpeace en la Unión Europea.

El documento filtrado y elaborado por el comisario de Competencia saliente, Joaquín Almunia, con el apoyo del presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, recomienda que el proyecto presentado por el Gobierno del Reino Unido se apruebe sin cambios casi en su totalidad.

Es un giro radical después de que en diciembre de 2013 la Comisión planteara dudas sobre casi todos los aspectos del proyecto, afirmando que "las ayudas son incompatibles en virtud de las reglas y principios de las ayudas estatales de la UE". Uno de los principales opositores es el comisario de Energía, el alemán Gunther Oettinger. Normal, si en Alemania quieren apagar la nuclear. Un ejemplo de que en Bruselas no tienen las cosas claras.