Si de algo sabe Elon Musk es de agitar las redes sociales y llamar la atención de los medios de comunicación. Y lo ha vuelto a hacer. Lo último ha sido un mensaje publicado en Twitter en el que ha asegurado que pretende sacar a Tesla Motors, su marca emblema de vehículos eléctricos, del mercado bursátil cuando alcance una cotización de 420 dólares.
"Estoy considerando sacar a Tesla de la Bolsa a 420 dólares. La financiación está asegurada", escribió Musk en la red social. Inmediatamente después de la publicación de este mensaje, la noticia se ha extendido como la pólvora y los títulos de la compañía se dispararon desde los 342 dólares por acción hasta los 370 dólares en apenas media hora. Al cierre del mercado alcanzaba los 379,75 dólares, un 11% tras ser suspendido de cotización.
Y en plena convulsión, el Financial Times anunciaba que Arabia Saudí había comprado una participación que puede oscilar entre el 3% y el 5% del capital, y que podría ser mayor en el futuro, una operación que daría vía libre para conseguir el objetivo anunciado por Musk en Twitter.
Un acuerdo de compraventa valoraría al fabricante de automóviles eléctricos por encima de los 70.000 millones de dólares (60.000 millones de euros), que sería con mucho la compra más grande en la historia de EEUU.
En cualquier caso, el mensaje también ha desconcertado a inversores y analistas, no solo por la naturaleza altamente inusual de notificar a los accionistas sobre un plan tan extraordinario a través de Twitter, sino también porque Musk tiene un largo historial de lanzar tuits con bromas sobre Tesla y otros comentarios más o menos graciosos .
Posteriormente al bombazo, el empresario sudafricano respondió a las preguntas en Twitter, dejando claro que tiene esperanza en que "todos los inversores que puedan seguir en Tesla incluso si la compañía pasa a ser privada". Por eso, ha asegurado que va a "crear un fondo especial para permitir a todo el mundo seguir en Tesla". No ha aclarado todavía cómo funcionaría ese fondo pero podría ser algo parecido a lo hecho con su empresa aeroespacial SpaceX.
En sus mensajes finales, Musk escribió que no se había tomado una decisión final sobre la compra pero que si consigue sacar del mercado bursátil a Tesla, evitaría los "cambios bruscos en el precio de nuestras acciones que pueden ser una gran distracción para todos los que trabajan en Tesla" y les quitaría a los compradores en corto "el incentivo para atacar" a la empresa.
"Básicamente, estoy tratando de lograr un resultado en el que Tesla pueda operar de la mejor manera, libre de tanta distracción y especulación bursátil a corto plazo como sea posible, y donde haya pocos cambios para todos nuestros inversores, y también para todos nuestros empleados", ha añadido.
En el memorando a los empleados, Musk no ha explicado cómo se realizaría la compra de Tesla, lo que ha generado dudas sobre la capacidad de una compañía con problemas de liquidez para recaudar los fondos necesarios en lo que sería la mayor transacción privada en Estados Unidos.
Lo que sí está confirmado es que el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita ha comprado una participación cercana al 5% en Tesla y que Musk posee aproximadamente el 20% de las acciones de Tesla.
La capitalización de mercado de Tesla es de aproximadamente 60.000 millones. Con un precio por acción de 420 dólares, una compra apalancada (LBO o leveraged buyout ) costaría alrededor de 72.000 millones, con mucho, la más grande de la historia de EEUU. Eclipsaría al actual poseedor del récord, la energética texana Energy Future Holdings Corp., anteriormente TXU Corp., que fue comprado en 2007 por 32.000 millones.
Esa batalla contra los inversores a corto se ha recrudecido por parte de Elon Musk en los últimos meses. Ha usado repetidamente Twitter para rechazar aquellos inversores que están jugando en contra de su compañía, a veces ofreciendo vagas perspectivas positivas para la compañía que parecían impulsar las acciones, perjudicando las posiciones de los vendedores en corto.
Musk, en sus últimos tuits, ha llegado a decir que "el camino será mucho más sencillo y menos perjudicial como empresa privada" porque "termina la propaganda negativa de los cortos".
Y es que es 'vox populi' que durante varios meses la compañía ha tenido problemas y se dudaba de si su fábrica en Fremont, California, podría acelerar la producción del Model 3, lo que preocupaba a los inversores. Y eso que la semana pasada anunció que podría mantener el ritmo de entregar 5.000 vehículos por semana -un hito que alcanzó Tesla hacia fines de junio- a pesar del escepticismo de algunos analistas.
El culebrón continúa y pronto se sabrá si consigue sus propósitos: sacar a Tesla de la bolsa y conseguir la financiación suficiente, ¿ampliará su participación el fondo saudí?
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios