Elon Musk está cansado. Sus baterías vitales han dicho basta, y encima piensa que lo peor para él está por llegar. El estrambótico empresario y fundador de Tesla dice que trabaja 120 horas a la semana. Que puede estar tres o cuatro días seguidos sin salir de la fábrica. Dedicación plena a la empresa que lo ha dejado personalmente solo y que le ha marcado físicamente. Deterioro.
Musk, en una entrevista al New York Times, ha explicado cómo es su día a día. "Este último año ha sido el más difícil y doloroso de mi carrera. Fue insoportable", dijo en la entrevista. Pero el CEO del fabricante de coches eléctricos fue a más. “Lo peor ha pasado desde el punto de vista operativo de Tesla. Desde el punto de vista del sufrimiento personal, lo peor está por venir”.
¿A qué se refiere Musk? ¿Habla de una caza de brujas contra él? ¿Lo dejará ante la presión de los mercados, analistas y medios de comunicación? Han saltado las dudas y cuándo dejas entrever que la capacidad física está en las últimas, los mercados acechan. Tesla ha caído un 8,9% hasta poco más de 305 dólares por acción.
No han sentado muy bien las palabras de Musk a los inversores y a ello hay que sumar un nuevo informe de UBS que deja en mal lugar la producción del Model 3. Más dudas sobre el producto para las grandes masas de Musk.
El analista de UBS Colin Langan afirmó, a su vez, que Tesla podría experimentar una pérdida de unos 6.000 dólares (más de 5.300 euros) en un Model 3 estándar, con motivo de los elevados costes de producción de su sistema de propulsión eléctrico.
En el texto elaborado por UBS se recoge que el motor, un componente crucial del vehículo, tiene un coste 950 dólares (840 euros) superior a lo previsto inicialmente, aunque sigue siendo menor que el de un Chevrolet Bolt.
"Aunque el motor de Tesla es mejor que sus rivales en términos de coste por kilovatio hora y de rendimiento, su liderazgo no es tan grande como el que habíamos esperado", aseguró Langan, al tiempo que indicó que el coste se sitúa en 148 dólares (131 euros) por kilovatio hora, una cifra muy superior a la estimada para finales de 100 dólares (85 euros).
A todo ello hay que sumar la semana que lleva Musk recibiendo palos por el tweet en el que anunciaba que estaría pensando en sacar a Tesla de Wall Street. Un tweet que dejó a todo el mundo perplejo y que según asegura no tuvo ningún tipo de supervisión.
La SEC se ha enfadado y le ha abierto una investigación, al igual que por una serie de denuncias contra su gestión. Probablemente este haya sido el peor verano de Musk desde que lanzó Tesla. Las baterías vitales de Elon ya han dicho basta y necesitan un supercharger.
¿Se echará a un lado? ¿Acabarán echándolo? ¿Volverá en unos años resucitando como el Ave Fénix? El parecido con Steve Jobs es evidente. ¿Podrá Musk colocar a Tesla en el cetro mundial del automóvil?
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