Enagás, empresa propietaria de la mayoría de las infraestructuras gasistas, espera invertir este año unos 550 millones de euros, 100 millones menos de lo previsto (650 millones), ha avanzado su presidente, Antonio Llardén, en la presentación ante analistas de los resultados del tercer trimestre.
Llardén ha explicado que este descenso en la cifra prevista se debe a que la compañía aún no cuenta con la autorización para construir la planta regasificadora de Tenerife, en la que iba a invertir 70 millones, y a que la inversión en el Trans Adriatic Pipeline (TAP) será inferior en 30 millones a lo esperado porque se ha conseguido una mayor eficiencia.
El presidente de Enagás ha indicado, no obstante, que estas sumas podrían destinarse a otros proyectos.
Sobre la regasificadora de Tenerife, Llardén ha precisado que el informe elaborado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) -que no considera conveniente aprobar el proyecto hasta que se garantice su uso-, no es vinculante y que la decisión corresponde al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.
En cuanto al TAP, Llardén ha explicado que el grado de avance del proyecto es del 50 % y que no se han producido desviaciones respecto a lo planificado. Se espera la puesta en marcha del gasoducto en 2020.
Al cierre de septiembre, Enagás ha invertido 387 millones en el proyecto TAP.
No obstante, los socios seguirán realizando aportaciones hasta el cierre financiero del proyecto, lo que dejará la inversión final de Enagás en unos 270 millones.
Según Llardén, las conversaciones con entidades multilaterales están en una fase avanzada y se espera el cierre financiero en el primer semestre del próximo año.
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