Endesa ha iniciado una prueba piloto para promover el desplazamiento de sus operarios en coche eléctrico, con la instalación de puntos de recarga en ocho subestaciones ubicadas en el Baix Llobregat, Alt Penèdes y Garraf (Barcelona), según ha indicado en un comunicado este lunes.
La iniciativa quiere que los trabajadores de la compañía eléctrica puedan cargar la batería de sus automóviles mientras realizan tareas de mantenimiento en las instalaciones, favoreciendo así la movilidad sostenible entre las tres comarcas barcelonesas y la reducción de las emisiones de CO2.
Esta prueba piloto, la primera que se hace en el conjunto de España, ha aprovechado la renovación y ampliación de la flota corporativa de Endesa en estas zonas, y ha escogido la ubicación de los puntos de recarga en función de la distancia a la base y a otras subestaciones.
En concreto, los puntos de recarga se han colocado en las subestaciones eléctricas de Abrera, Begues, Cervelló y Sant Just Desvern, en el Baix Llobregat; en Vilafranca del Penedès y Subirats, en el Alt Penedès, y en Vilanova y la Geltrú, en el Garraf.
El último punto de recarga se ha situado en la subestación eléctrica de Castellbisbal (Barcelona), en el Vallès Occidental, por su proximidad al resto y como zona de transición al Baix Llobregat.
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