Veintitrés. O si le gusta más en número, 23. Es el número de demandas interpuestas contra el Reino de España por inversores extranjeros en distintas cortes arbitrales internacionales en materia energética. Todas ellas porque el Estado español rompe una de las reglas básicas de la Carta de la Energía, la que protege las inversiones de empresas extranjeras en territorio español. Y todas ellas por el hachazo a las renovables, incluido su carácter retroactivo.
Diecinueve (19) de ellas se han interpuesto ante el Ciadi, la corte de arbitraje internacional del Banco Mundial. Otras tres están en la Corte de Arbitraje de Estocolmo y una en la corte de Uncitral.
La primera de ellas data de noviembre de 2011, ya con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Un total de 16 empresas y fondos extranjeros que invirtieron en fotovoltaica acudieron a la Uncitral para intentar conseguir cobrar lo que ellos creen que es justo, lo prometido por el Gobierno socialista y que luego, tras el decreto de diciembre de 2010, les quitó de manera retroactiva. Ningún inversor más ha acudido a esta corte.
En 2012 no se registró ninguna demanda, pero tras la moratoria a las renovables de ese año, el goteo de demandas ha sido incesante desde 2013 hasta ahora. En la primera mitad del año, se produjeron las tres demandas en el Instituto de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Estocolmo, una de las de mayor prestigio en el mundo junto a la de París. Los fondos Charanne (Países Bajos) y Construction Investments (Luxemburgo) fueron los primeros. Les siguió una propia empresa española, que a través de una filial suya en Holanda, consiguió demandar a España ante este tribunal. Se trata de la empresa Isolux Corsán. Tras ella, le llegó el turno al fondo CSP Equity Investment, asesorado por Cuatrecasas.
Ciadi
En junio de 2013 se iniciaron los procesos de arbitraje en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial. El encargado de abrir fuego contra el Estado español fueron los fondos RREEF Infrastructure Limited y RREEF Pan-European Infrastructure Two de Luxemburgo. El Gobierno ya decidió poner la defensa en la Abogacía del Estado y dejar de ser asesorado por bufetes de abogados, más expertos pero también más caros.
En noviembre de ese año se sumó el fondo Antin Infrastructure de Luxemburgo y su filial de energía termosolar. En diciembre se sumó otro fondo, Eiser Infrastructure Limited and Energia Solar, también deLuxemburgo.
Ya en 2014, en febrero la demanda la interpuso Masdar Solar & Wind, una cooperativa de inversores que han apostado por las renovables. En mayo de ese año, uno de los gigantes del sector de las renovables, la estadounidense NextEra fue la encargada de poner la demanda. Tras ella, el fondo InfraRed Environmental Infrastructure. Otra compañía que también demandó en 2014 fue Renergy.
Todos estos casos ya tienen los árbitro adjudicados y en los primeros de ellos las demandas ya están bastante avanzadas.
Turno de Alemania
Hacia finales del año pasado se inició un ataque masivo de inversores alemanes contra España en materia de renovables. La primera de ellas fue la mayor compañía energética alemana RWE. Tras esta demanda le siguieron los fondos Stadtwerke München GmbH y RWE Innogy GmbH, la empresa Steag, el grupo BayWa, Matthias Kruck y otros, las empresas KS Invest GmbH and TLS Invest GmbH y la última alemana ha sido E.ON.
Entre medias, grupos de inversión como el americano 9REN, el fondo Cube Infrastructure o la japonesa JGC Corporation. También el fondo Cavalum y la última de todas, en este agosto, la de los fondos OperaFund Eco-Invest SICAV PLC y Schwab Holding.
Las 23 demandas representan el 28% del total de demandas por incumplimiento de la Carta de la Energía. Ningún país, ni Argentina ni Venezuela tienen tantas demandas en el Ciadi en materia energética. Argentina es la que más se acerca con nueve en total si contamos también el negocio de hidrocarburos. Venezuela solo tiene demandas en el sector petrolero.
En cuanto a la Carta de la Energía, los países que más se acercan a España son: la República Checa (7), Rusia y Turquía, con seis.
En Alemania, hay dos, una de Vattenfall contra el Estado germano. En Italia, hay tres, una de ellas recientemente puesta, mientras que en Francia, Reino Unido o Países Bajos no hay ninguna.
Estos datos dan para reflexionar. Y más de uno debería pensar bien lo que está haciendo.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios