España está bien posicionada para suministrar los metales necesarios para construir las baterías del futuro y así desarrollar las renovables y los vehículos eléctricos de Europa, según Primary Energy Metals, una compañía canadiense especializada en el negocio del cobalto, cobre, níquel y vanadio. No solo porque posee una de las industrias mineras líderes del Viejo Continente sino porque se le considera la zona más mineralizada de la UE.
La diversidad de su paisaje geológico, donde incluso se integra uno de los sistemas de sulfuro volcánico más grande del mundo, ha dotado al país de una amplia gama de importantes recursos minerales como el cobalto, el cobre, el zinc, el hierro, el níquel, el oro y el vanadio. La situación política estable, su estructura fiscal favorable y su defensa de la minería son algunas de sus ventajas, lo que está propiciando que sea un país atractivo para la inversión extranjera.
Europa pretende ser líder mundial en capacidad renovable, almacenamiento estacionario y vehículos eléctricos. Y no solo es por los objetivos que la UE ha aprobado de cara a 2030, sino también porque cada vez más estados miembro están tratando de poner una fecha a la prohibición de vender vehículos de combustibles fósiles. Y si consigue tener una fuerte industria de baterías será mucho más beneficioso para su economía. Transformar la movilidad y el transporte para un futuro energético más sostenible, la reducción de las emisiones de CO2 y un mix eléctrico cada vez más renovable no puede depender de la importación masiva de baterías de terceros países.
Si se quiere tener una industria propia, esta transformación requerirá cantidades de metales energéticos como el cobalto, que por ahora se extrae principalmente de la República Democrática del Congo (RDC) plagada de conflictos, y que se procesa y exporta desde China. Según un informe reciente del Joint Research Centre de la Comisión Europea, la demanda mundial de cobalto superará la producción anual en 2025. Y ante la competencia de China por los recursos en África, los autores del informe sugieren que la UE debería promover la producción de cobalto en los estados miembros con recursos propios. Y en ese punto, España tiene mucho que decir.
Según explica Primary Energy Metals, como parte de la decisión del gobierno de cerrar la mayoría de sus minas de carbón para fin de año, se destinarán 250 millones de euros para invertir en los otros sectores mineros del país durante los próximos diez años, así como la reeducación para preparar a los mineros del carbón en nuevos proyectos de energía limpia.
Europa se está convirtiendo en uno de los mercados más boyantes para la industria de baterías de vehículos eléctricos. Tesla Motors está en conversaciones con Holanda y Alemania sobre un posible emplazamiento para su gigafactoria europea y el fabricante de baterías de litio más grande de China, Contemporary Amperex Technology Ltd (CATL), ha anunciado la posibilidad de instalar una fábrica en Alemania que suministre baterías a los modelos eléctricos de BMW.
También España ya está haciendo los deberes, al tener actualmente al menos cuatro plantas de fabricación de baterías en producción y algunas más programadas para entrar en funcionamiento en los próximos años.
Según un informe de Wood Mackenzie Power & Renewables, las grandes eléctricas europeas están invirtiendo cada vez más en sistemas de almacenamiento a gran escala. En España, recientemente Siemens Gamesa probó un sistema de almacenamiento de flujo redox de vanadio para los proyectos eólico, solar y de otras fuentes de energía renovable.
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"Con la tecnología Redox-Flow aplicada a nuestra planta de demostración de La Plana, Zaragoa, ahora estamos preparados para todas las tecnologías de almacenamiento relevantes, incluidos los sistemas de almacenamiento de energía a calor y de batería", dijo en su momento Antonio de la Torre, director de tecnología de Siemens Gamesa, "debido a su capacidad de energía escalable, la batería redox de vanadio es una opción muy prometedora para respaldar nuestras ofertas de tecnología avanzada para sistemas aislados y conectados a red".
Las baterías de flujo redox de vanadio (VRFB) pueden almacenar grandes cantidades de energía, pueden recargarse miles de veces sin perder capacidad y pueden permitir que grandes proyectos renovables se integren en las redes eléctricas sin el desafío de ser intermitentes. Aunque la tecnología VRFB puede limitarse a las grandes fabricantes y a compañías eléctricas, una escala masiva podría significar un aumento significativo en la demanda de vanadio. La consultora Roskill estima que la demanda de vanadio para este mercado podría aumentar hasta las 31.000 toneladas en 2025, un aumento del 3.100% con respecto a los niveles de demanda de 2015.
La UE ha señalado como 'metales energéticos' al cobalto, al grafito, las tierras raras y al vanadio. Están en su lista de materias primas críticas. El cobalto, principalmente extraído como un subproducto de los minerales de níquel y cobre, es especialmente crítico para la química del cátodo en la batería de iones de litio. Los fabricantes de baterías de vehículos eléctricos buscan la manera de asegurarse cadenas de suministro sólidas, y esa visión no casa con la situación que se vive en la República Democrática del Congo, sino más bien con crear sus propias instalaciones para reducir los costes de transporte y logística, así como para atender la demanda de una producción más ética por parte de los consumidores.
España, rica en minerales
El estudio señala que el cinturón de pirita ibérica le hace ser a nuestro país rico en recursos. Alberga una serie de metales importantes para un futuro energético verde y nuestra tradición minera le hace aún más interesante. Siendo una de las regiones mineras más antiguas de Europa, que se remonta a 5.000 años, durante la Revolución Industrial, esta industria dio origen al gigante minero Rio Tinto y su mina de cobre del mismo nombre, cuyo río está teñido de rojo debido al hierro disuelto relacionado con la actividad minera centenaria.
Después de décadas de inactividad en la región, las compañías de este sector han comenzado a visitar la Península Ibérica porque aún tiene un gran potencial para nuevos descubrimientos. La firma canadiense Atalaya Mining ahora es propietaria de la mina de cobre Rio Tinto, y ha anunciado que su producción en 2018 será de aproximadamente 40.000 toneladas de cobre. "Atalaya ha presentado unos ingresos de 42,8 millones de euros en el tercer trimestre de 2018, en comparación con los 35,7 millones del mismo periodo del año pasado, un incremento de casi el 20%”, según el diario Investing News Network.
Como uno de los principales productores de cobre de la UE, España ofrece un sistema fiscal favorable, mano de obra cualificada y algunas de las mejores infraestructuras del mundo, incluida una red de transporte de primer nivel. El gobierno nacional y los autonómicos apoyan mucho al sector minero y están abiertos a la inversión extranjera. La encuesta minería del Instituto Fraser de 2017 clasificó a España como uno de los destinos de inversión minera más atractivos de Europa.
“Hemos encontrado que tanto el gobierno español como el canadiense están trabajando diligentemente para promover la inversión canadiense en la industria minera de España, que está sin explotar. Un ejemplo de esta colaboración es la asociación entre ICEX y las compañías mineras canadienses", ha señalado Patrick Morris, CEO de Primary Energy Metals, una compañía que tiene ya una cartera de proyectos de metales energéticos que incluyen dos proyectos de cobalto-cobre-níquel-manganeso en el sur de España y dos propiedades de vanadio en el centro de España.
Miguel
10/01/2019