La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comisión de Regulación de la Energía (CRE) están analizando el incremento en el presupuesto de ejecución de la interconexión eléctrica submarina por el golfo de Vizcaya y viendo qué implicaciones puede tener en el reparto de costes entre países.
En un comunicado, el regulador español ha dicho que continúa analizando con el francés la financiación de esa futura interconexión eléctrica "dentro de los plazos previstos", sin que haya decisión alguna que implique la renuncia a dicho proyecto.
"En estos momentos, la CNMC y la CRE están analizando los incrementos en el presupuesto de ejecución y las implicaciones sobre el acuerdo de reparto de costes de la infraestructura entre países", explica.
Los costes de la interconexión eléctrica
La interconexión eléctrica con Francia por el Golfo de Vizcaya fue declarado proyecto de interés común (PIC) por la Comisión Europea en 2013 y en 2015.
Impulsada por los gestores de redes de transporte español, Red Eléctrica, y el francés**, Red de Transporte de Electricidad (RTE)**, debería entrar en servicio en 2028 para duplicar prácticamente la capacidad de interconexión eléctrica entre España y Francia, al pasar de 2,8 gigavatios (GW) a 5 GW.
Según publica este jueves el diario Cinco Días, este proyecto está de facto suspendido tras disparase un 80 % su coste, que Red Eléctrica calcula en 3.100 millones de euros, frente a los 1.750 millones que se estimaba en 2017, cuando se hicieron las primeras consultas. Para entonces se esperaba que estuviera operativo en 2025.
Posteriormente, se estimó que la fase de pruebas y puesta en servicio fuera en 2026-2027, después de que en el periodo 2023-2026 tuviera lugar el suministro para ejecutar la infraestructura y su construcción.
Y es que en 2019 se descubrió una inestabilidad en el cañón submarino de Capbreton, que obligó a un cambio en el trazado y que elevó el presupuesto.
La interconexión estaría compuesta por un doble enlace submarino y subterráneo, con una longitud de casi 400 kilómetros, de los cuales unos 300 kilómetros serán de cable submarino.
La línea sería de corriente continua, en lugar de corriente alterna utilizada en las redes de transporte española y francesa, por lo que son necesarias estaciones conversoras en cada extremo de la línea.
El enlace eléctrico por el golfo de Vizcaya tendría una longitud de casi 400 kilómetros y discurriría entre la subestación de Gatika (cerca de Bilbao) y de Cubnezais (en la región francesa de Aquitania).
Desde la costa vasca española hasta la costa francesa del Médoc los enlaces serían principalmente submarinos, con una longitud de aproximada de 300 kilómetros, excepto un corto tramo subterráneo necesario para evitar el cañón submarino de Capbreton.
Las interconexiones entre España y Francia
Solucionar la baja interconexión de España con el continente europeo es una de las prioridades de España, que ya tiene una gran interconexión en funcionamiento con Francia por la que discurren los intercambios de energía, pero la alta producción renovable que prevé tener España precisa de más interconexiones para poder exportar más electricidad.
En la última cubre hispano-francesa, celebrada el pasado mes de enero en Barcelona, España y Francia acordaron estudiar la construcción de un tendido eléctrico entre ambos países, aprovechando el trazado submarino del hidroducto H2Med entre Barcelona y Marsella.
Según comunicó el Gobierno español, ambos países "estudiarán la construcción de un nuevo tendido eléctrico entre los dos países, aprovechando el trazado submarino del hidroducto H2med entre Barcelona y Marsella".
Además, el Ministerio para la Transición Ecológica informó en su comunicado de que Francia y España habían coincidido también "en la necesidad de acelerar los trámites de los proyectos transpirenaicos de interconexión eléctrica, incluyendo el tendido submarino previsto por el Golfo de Vizcaya".
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