
El pasado lunes, la Agencia de la Red alemana publicó las cifras del System Average Interruption Duration Index (SAIDI) de 2014, índice que mide el tiempo de interrupción del servicio eléctrico y que comúnmente define a lo que normalmente denominamos ‘calidad del servicio eléctrico’. Pues bien, los datos que arrojaba el índice demuestran, de una parte, que el número de minutos de inactividad de la red alemana ha caído a un mínimo histórico de 12 minutos, dato que la sitúa como la segunda red más fiable de Europa por detrás de la de Dinamarca. Y de otra, que España sigue dando la nota por enviar/ publicar los datos tarde, ya que las cifras disponibles de la mayoría de los países son las correspondientes a 2013, mientras que los últimos datos referidos a España, como se puede observar en el gráfico, son de 2011.
Dicho esto, la situación del servicio eléctrico alemán es tan buena -como destaca el portal de energías renovables pvmagazine-, que cada día los alemanes se encuentran con mayores dificultades para contabilizar los minutos de cortes en el suministro de electricidad de la red germana. Y, por tanto, cada vez les va a resultar más duro mejorar el dato. Frente a esto, ¿cuál es la calidad del servicio en España? Lo primero que llama la atención – además de la falta de datos- es que el servicio ha mejorado notablemente, según reconoce el informe del SAIDI, y que ha seguido mejorando en estos últimos años según la información que ha podido recabar El Periódico de la Energía.
Según los datos que obran en poder del periódico, España habría terminado 2014 con una media de 50 minutos de interrupción, dato calculado a partir de los datos que ofrecen las compañías y que están disponibles en sus informes anuales, lo que situaría a nuestro país en un digno quinto puesto por detrás de Dinamarca, cuya media baja de los 10 minutos; Alemania que, como ya se ha dicho, ha rebajado la interrupción del servicio a casi 12 minutos; Holanda, que está en torno a los 24 minutos, e Italia, ligeramente por encima de los 40 minutos. (Ver gráfico)
Pero la calidad del servicio no es la misma en todas las compañías. El mejor registro lo tiene la compañía que cuenta con la red más pequeña, como es el caso de EDP Energía, cuyo promedio de interrupción del servicio en 2014 fue de 29 minutos. Después se produce, curiosamente, un triple empate entre Endesa, Gas Natural Fenosa y Viesgo –hasta hace escasas fechas E.ON España– cuyas interrupciones del servicio eléctrico se situaron en los 48 minutos. Iberdrola ocupa la quinta y última posición, con una media de interrupción del servicio en 2014 de 55 minutos.
Los datos son razonablemente buenos y muestran una tendencia positiva, por lo que no se acaba de entender muy bien esa manía de Industria de guardarse la información en el cajón como tiene por costumbre. Y eso es así, porque en la mayoría de los casos la media de interrupción del servicio estaba en casi dos horas en 2006, registro en el que incurría Endesa en 2003 o Iberdrola en 2007.
En el caso alemán, con el que se arrancaba esta información, en 2006 tenía un promedio de 21,53 minutos de cortes de energía, según la métrica del SAIDI. Ese número ha caído a 12,28 minutos a partir del año pasado, según las estadísticas oficiales de la Agencia de la Red alemana. Desde el año 2009, la cifra se ha mantenido en alrededor de 15 minutos, por lo que esta disminución de alrededor de 2,5 minutos supone una mejora considerable.
Un hecho destacable en el ranking europeo de fiabilidad de las redes eléctricas es que, los países que lo lideran son, precisamente, los que mayor proporción tienen de producción con fuentes de energía renovables. En Dinamarca, país que lidera el ranking por la calidad del servicio, la energía eólica tiene una cuota en el mix eléctrico del país del 40%. En los casos italiano y español, la cuota de las energías renovables también es la mayor en el mix eléctrico de ambos países, y la posición de las renovables alemanas no es nada desdeñable, ya que sólo la combinación de eólica y solar supera el 17%. ¿Hay una relación causa efecto en este fenómeno? No. La mejora en el servicio hay que achacarla, más bien, a las mejoras realizadas en la red, como por ejemplo, el uso de cables subterráneos en lugar de líneas aéreas, pero el dato está ahí.