Depender menos del petróleo es una máxima que cualquier país con dos dedos de sentido común ha aplicado en su política energética. Una de las soluciones a ello pasa por el aumento de las energías renovables, pero también es importante clarificar una política de hidrocarburos. “¿Por qué no explorar petróleo en España?”, se pregunta Mariano Marzo, catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona.
Los datos son claros de por qué es necesario hacer sondeos petrolíferos en España. La dependencia energética supera el 86%. España compra gas, petróleo, carbón y uranio para satisfacer las necesidades de su mix energético. En total, supone un agujero de más de 40.000 millones de euros para las arcas del Estado todos los años, según datos del Ministerio de Economía y Competitividad.
Marzo cree que es importante apostar por invertir en eficiencia energética, en energías renovables y mejorar las interconexiones energéticas, pero “el desarrollo de los hidrocarburos propios también debería ser considerado una prioridad”.
A día de hoy, España no puede considerarse una potencia en materia de hidrocarburos. “Solamente la cuenca cantábrica puede catalogarse como explorada”, asegura el catedrático. Explica que la industria estima que para considerar una cuenca sedimentaria como explorada se requiere la perforación de un mínimo de cinco sondeos por cada 1000 kilómetros cuadrados, algo que solo sucede en esa zona de España.
Ahora el Gobierno ha dado el visto bueno a prospecciones en Canarias. Pero la oposición es muy fuerte. Ya no sólo en el archipiélago canario sino también en comunidades autónomas como Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares por unos sondeos en aguas del Mediterráneo. “Estamos asistiendo a una campaña para paralizar las prospecciones de hidrocarburos convencionales en las aguas marinas de nuestro país con el argumento de dañar el medio ambiente o que un vertido perjudique a la industria turística”.
El profesor cree que se tratan de argumentos válidos ya que la industria no niega el riesgo de que pueda haber un escape de crudo. Pero la seguridad es de tal calibre que a día de hoy es muy complicado ver una catástrofe ecológica.
Es por ello, que otros países de nuestro entorno apuestan por reducir drásticamente la dependencia del crudo. Un caso especial es EEUU y su apuesta por el fracking. Pero por ejemplo se está explorando toda la costa de California donde hay cientos de sondeos. (Ver mapa).
Otra zona prolífera es el Mar del Norte en Europa (Ver mapa). Según Mariano Marzo, las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos frente a sus costas se han desarrollado durante décadas, “con la obtención de cientos de miles de kilómetros de líneas sísmicas y la perforación de miles de sondeos, sin que ello resulte sinónimo de catástrofe ambiental generalizada o de incompatibilidad entre la industria petrolera y una intensa actividad turística, tal y como, sin ir más lejos, Tarragona nos ha venido demostrando durante años”. Enfrente de los pozos de petróleo en Tarragona se sitúa Port Aventura, probablemente una de las mayores atracciones turísticas del país.
Por todo ello, el catedrático se sorprende que se levante tanta polémica por unos sondeos cuando se están realizando en medio mundo y con riesgos medioambientales muy bajos. Por eso se pregunta si España es diferente o especial. En definitiva, nada a contracorriente.
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