El Ministerio para la Transición Ecológica español (Miteco) rechaza que el hidrógeno bajo en carbono, como el de origen nuclear, esté entre los objetivos de energías renovables de la UE, como pretende Francia, que ha advertido que si no se considera "limpio", peligraría el proyecto de hidroducto Barcelona-Marsella.
El país galo mostró su inquietud el pasado viernes por las reticencias de España y Alemania para apoyar su propuesta para que la UE considere "limpio" el hidrógeno producido con electricidad de centrales nucleares, y advierte de que, en caso contrario, el proyecto de hidroducto Barcelona-Marsella estaría en peligro.
Fuentes del Ministerio de la Transición Ecológica francés indicaron el pasado viernes a _EFE _que sin la aportación de la energía nuclear, **no se podría inyectar el hidrógeno necesario para rentabilizar el conducto y no se podría construir.
Además, señalaron que Alemania y España han reconocido como limpio el hidrógeno producido con electricidad nuclear por sus bajas emisiones de carbono y remitieron a la declaración de la cumbre francoespañola del 19 de enero en Barcelon**a, en la que participaron el presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente del Gobierno español, **Pedro **Sánchez.
La producción de hidrógeno
Sin embargo, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica han indicado este lunes que en la negociación de la nueva directiva europea de energía renovables RED III la posición del Gobierno español es "clara y bien conocida desde el principio".
España rechaza considerar los combustibles bajos en carbono entre las energías renovables y recuerda que hay una petición a la Comisión Europea (CE) por parte de algunos estados miembros, entre ellos Francia, para que el hidrógeno bajo en carbono esté, entre los objetivos de la UE, para las energías renovables.
Una opción que recuerdan rechaza España, junto a otros socios de la UE, como Alemania, e insisten en que la apuesta del Gobierno de España "siempre ha sido y seguirá siendo el desarrollo de las energías renovables".
Las mismas fuentes han reiterado la voluntad del Gobierno español de seguir trabajando con Francia y el resto de socios de la UE para alcanzar soluciones compartidas en este asunto que den acomodo a las distintas realidades de los países, pero asumiendo que los combustibles bajos en carbono no pueden ser equivalentes a los combustibles de origen renovable.
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