España se embarca en una nueva era energética al lanzarse a gran escala en la exploración y desarrollo de la energía geotérmica. Con la mira puesta en las Islas Canarias, reconocidas por su inmenso potencial geotérmico, y un giro sorprendente hacia la capital, Madrid, gigantes energéticos como Repsol están liderando la carga para impulsar esta fuente de energía renovable en todo el país.
El último hito en esta travesía hacia un futuro más limpio se marcó el 17 de enero de 2024, con la publicación en la Sede Electrónica de Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) la propuesta de resolución definitiva de la primera convocatoria para la concesión de ayudas a estudios de viabilidad de proyectos, de carácter innovador, para el aprovechamiento de energía geotérmica profunda.
Las Islas Canarias se presentan como el epicentro de este cambio energético. Este archipiélago alberga el mayor recurso geotérmico de media y alta temperatura en España, con el potencial de satisfacer una parte significativa de la demanda eléctrica local. De los 117 millones de euros asignados por el Ministerio de Transición Ecológica a través del IDAE, casi 112 millones se destinan a estudios en La Palma, Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, desarrollados por la alianza del Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER) con Disa, el Instituto Volcanológico de Canarias, o Energía Geotérmica de Canarias entre otros. Los 5 millones restantes tienen como destino Madrid, con un proyecto de la mano de Repsol Exploración SA.
Solución innovadora
La geotermia, a menudo pasada por alto en la ecuación de energías renovables, se presenta como una solución innovadora y sostenible para las necesidades energéticas de España. Tanto es así, que la última actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece objetivos ambiciosos para la instalación de capacidad geotérmica: se busca alcanzar 15 MW para la producción eléctrica antes de 2025 y elevar esta cifra a 30 MW para 2030.
Todos los proyectos seleccionados, ya sean públicos o privados, se comprometen a realizar al menos un sondeo profundo a 1.000 metros bajo tierra para determinar la disponibilidad de recursos geotérmicos de alta temperatura. En caso de éxito, estos estudios abrirían la puerta a la explotación y al desarrollo de los primeros proyectos de geotermia profunda de media y alta temperatura para generación eléctrica o usos térmicos directos.
Con el plazo de presentación de informes de viabilidad fijado para junio de 2026, España está encaminada a consolidarse como un referente en la integración de la geotermia como fuente de energía sostenible y renovable.
Estrategia europea
Según datos recientes de ThinkGeoEnergy, a finales de 2023, la capacidad mundial de energía geotérmica ascendía a 16.355 MW, con los Estados Unidos, Indonesia y Filipinas liderando la lista. En Europa, el enfoque principal sigue siendo el desarrollo geotérmico para calefacción, pero se anticipa un crecimiento adicional en la capacidad instalada de generación de energía en 2024.
De hecho, una resolución aprobada la semana pasada por los miembros del Parlamento Europeo reclama una estrategia europea para acelerar el despliegue y la inversión en energía geotérmica.
La complejidad de las normativas nacionales y la lentitud de los procesos de autorización frenan el despliegue de la energía geotérmica. Para hacer frente a esta situación, la resolución pide una estrategia europea sobre energía geotérmica, empezando por la cartografía de los recursos geotérmicos en toda la UE para garantizar que todos los datos sobre el subsuelo se reúnen en un solo lugar y son accesibles al público.
Además, también pide apoyo adicional para las regiones que dependen económicamente de los combustibles fósiles, con el fin de que puedan hacer la transición a la geotermia.
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