La consultora EY ha presentado la 57ª edición de su índice de países más atractivos para invertir en energías renovables (RECAI por sus siglas en inglés), que encabezan Estados Unidos, China e India, y en el que España mantiene la décima posición de años anteriores con una puntuación de 58,6 puntos.
El Índice RECAI de EY estima que los objetivos de medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza (ESG) se priorizan cada vez más en la agenda de los inversores, mientras que el interés de los inversores institucionales en las energías renovables sigue creciendo.
En 2020, las inversiones mundiales en capacidad de energía renovable crecieron un 2% hasta 303.500 millones de dólares, la segunda cifra anual más alta registrada hasta la fecha a pesar del impacto de la pandemia.
Pero según destacan los autores del informe, el desarrollo futuro para lograr el cero neto requiere más de 5 billones de inversión e inversores institucionales que desempeñen un papel importante en la financiación de la transición energética.
La próxima Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP26) de 2021 presenta una oportunidad para cerrar la brecha entre lo que los gobiernos han prometido hacer y el nivel de acción que han emprendido hasta la fecha.
Estados Unidos conserva la primera posición en el índice y se espera que mantenga su posición bajo el presidente Biden. La reaceptación del Acuerdo de París, junto con el reciente anuncio de reducir los niveles de GEI en un 50-52% a partir de 2030 y lograr un 100% de energía libre de carbono para 2035, probablemente despertará un mayor interés por invertir en EEUU, dice EY.
Del mismo modo, China ha seguido siendo un mercado pujante y mantiene la segunda posición, habiendo agregado 72,4 GW de nueva energía eólica en 2020, ya que los desarrolladores se apresuraron a superar un recorte de los subsidios eólicos terrestres. En abril, China y EEUU también anunciaron que trabajarían juntos y con otros mercados para abordar el cambio climático.
India también subió un peldaño en la clasificación y se encaramó a la tercera posición. Los autores del informe esperan que el sector solar del mercado indio crezca significativamente y pronostican que la generación de energía solar fotovoltaica superará al carbón antes de 2040.
El informe destacó que el este de Asia tiene una sólida cartera de proyectos de energía limpia, con más de 800 esquemas listos para usar y con un potencial de inversión total de 316.000 millones de dólares.
Otros mercados han subido posiciones en el índice, ya que numerosos gobiernos están tomando medidas para lanzar nuevos proyectos eólicos marinos. Este es el caso de Polonia, que avanza del puesto 28 al 22 gracias en parte a una nueva ley que promueve 5,9 GW de energía eólica marina para 2030 a través de subastas competitivas.
La autoridad ambiental federal de Brasil ha publicado pautas de concesión de licencias para proyectos eólicos marinos, y también ha visto como el aís gana cutro posiciones y se situá en la undécima posición, inmediatamentye detrás de España.
Alemania cae un lugar en el ranking hasta la séptima posición, ya que los cambios de última hora en el diseño de futuras licitaciones eólicas terrestres fueron objeto de críticas. Estos cambios permitirían a los reguladores reducir el tamaño de las subastas si se suscriben insuficientemente y los desarrolladores creen que esta incertidumbre conducirá a una disminución de los volúmenes de licitación.
Arnaud de Giovanni, director mundial de energías renovables de EY, dijo: "Hay un cambio claro de la inversión en combustibles fósiles hacia proyectos ambientalmente sostenibles por parte de inversores institucionales que suelen ser más reacios al riesgo en sus principios de inversión".
Las herramientas de mitigación de riesgos, los mecanismos de financiación estructurada adaptados específicamente al sector de las energías renovables y el compromiso regulatorio ayudarían, en su opinión, a incrementar los flujos de inversión.
La acción comprometida de los delegados de la COP26 es imprescindible para garantizar que el legado del Acuerdo de París se haga realidad. “Las principales naciones desarrolladas deben cumplir las promesas de facilitar 100.000 millones de dólares al año en financiación climática a las naciones en desarrollo, y todas las naciones deben establecer urgentemente objetivos accionables a corto plazo. No queda mucho tiempo".
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