La energía es un bien imprescindible y esencial para el desarrollo de una sociedad, por lo que nadie cuestiona que la capacidad de disponer de fuentes energéticas propias sea una cualidad fundamental para el progreso de las sociedades, tanto económica como socialmente.
Qué duda cabe que la energía forma parte integral de nuestras vidas, desde que nos levantamos por la mañana, hasta que nos acostamos en la noche. Es difícil imaginar cómo serían estas si no contáramos con este recurso invisible y tan imprescindible. El acceso a servicios energéticos es indispensable para un desarrollo estructurado adecuado. Un elevado coste de acceso a la electricidad reduce la posibilidad de desarrollo de un país, lo estamos viviendo actualmente. Sin un adecuado suministro de electricidad no se pueden prestar servicios. Sin un acceso racional a los servicios energéticos no es posible fomentar la creación de grandes, medianas o pequeñas empresas, ni generar empleo; tampoco transportar bienes y personas, ni fortalecer la economía de un país.
Es por tanto el deber de todos los actores involucrados, empresas, nuestros representantes políticos españoles y europeos, de garantizar, fomentar el desarrollo y asegurar que todos gocen de derechos que pleno siglo XXI consideramos inalienables. El cumplimiento de este deber exige que el Estado español en virtud de las competencias que la Constitución le reconoce en el artículo 149.1.22, garantice que todos tengan acceso a la energía a precios razonables.
Energía nuclear
Hoy, en medio de una crisis energética global, somos observadores en primera persona de un período histórico en el que se perfilan las políticas que definirán las fuentes de energía que se aprovecharán en el futuro, y es por ello que debemos pelear por estar a la vanguardia del desarrollo energético a fin de asegurar que nuestra sociedad pueda aprovechar las oportunidades que ofrece este cambio. Basta con observar como la relación básica que existe entre la energía y el desarrollo, ayuda a que nuestra democracia esté mejor dotada para promover el bien general.
Cabe recordar en este sentido, que la energía nuclear ha representado un papel clave en las últimas décadas en relación con la producción de energía eléctrica en España.
Los siete reactores actualmente en funcionamiento han representado en los últimos años el 7,3% de la potencia total instalada y han producido el 21% del total de electricidad generada en España.
Sin emisiones y competitiva
Adicionalmente, del total de la energía generada sin emisiones, el 34,1% ha procedido de tecnología de generación nuclear. Estas cifras ponen de manifiesto que la generación nuclear, y por tanto toda la industria nuclear en su conjunto, tienen una gran importancia dentro del sistema eléctrico español y, por consiguiente, dentro de la economía del país.
Por ello, en las últimas décadas distintas empresas han centrado su actividad en la industria nuclear, creando una estructura industrial que ha ido incorporando nuevas tecnologías adaptadas a las necesidades y requisitos actuales, haciendo posible que, actualmente, empresas españolas estén presentes en proyectos nucleares en más de 40 países.
Parece contradictorio que en España, en principio se haya optado por no instalar nueva capacidad nuclear, pero sin embargo los esfuerzos del legislador se centran en la extensión de vida de las actuales instalaciones más allá de la vida de diseño de 40 años, valiente error.
Error de manual
Las empresas que conforman la industria nuclear española son capaces de suministrar y de prestar apoyo a la actividad de generación nuclear que llevan a cabo las centrales nucleares, desde la fabricación del combustible nuclear hasta la gestión de los residuos radiactivos y el combustible, pasando por los servicios de ingeniería, el suministro de sistemas nucleares, la fabricación de bienes de equipo, servicios de limpieza, servicios de seguridad, entre otros.
Por lo tanto, la industria nuclear en España no se limita únicamente a la generación de energía eléctrica en las centrales nucleares, sino que abarca también a un gran número de suministros y servicios necesarios para el correcto funcionamiento de las centrales.
La referida estructura industrial ha evolucionado según las circunstancias de cada momento, incorporando nuevas tecnologías adaptadas a las necesidades y requisitos contemporáneos.
Además, la industria nuclear también participa en proyectos internacionales de investigación y desarrollo de centrales nucleares avanzadas, en programas basados en la fusión nuclear (como el Proyecto Internacional ITER) y en programas basados en la física de altas energías.
Renovables
Por otro lado, la industria de la energía renovable ofrece un abanico de oportunidades económicas que se deben aprovechar para impulsar la creación de empleo, 8 millones de personas trabajando hoy en el sector alrededor del mundo lo certifican. Asimismo, la energía renovable facilita la inserción laboral de la población joven, que tiende a ser más flexible, más móvil y mejor preparada tecnológicamente.
La energía renovable promueve también la puesta en práctica de la capacidad creativa e innovadora de la pequeña y mediana empresa. Al tiempo que genera ingresos derivados del desarrollo de patentes de invención, marcas y diseños industriales.
El desarrollo de la industria nuclear y energía renovable en España ha permitido que distintas empresas españolas hayan centrado su actividad en dicho sector, sobre la base de la experiencia obtenida desde sus inicios, por lo que, en la actualidad, se encuentran presentes en toda la cadena de valor, y haciendo posible que, en la actualidad, empresas españolas se encuentren presentes en proyectos de energía en cuatro de los cinco continentes.
Tenemos el enorme conocimiento y experiencia en el sector energético que puede ayudar a marcar notables diferencias compartiendo experiencias, facilitando la inversión, el intercambio de tecnología y maximizando resultados, como ya hicimos y sabemos.
Pero ahora bien, atendiendo a la definición de la soberanía energética como el derecho para decidir y legislar sobre cómo quiere gestionar, a lo largo de toda la cadena de valor, la energía que necesita para llevar a cabo el desarrollo social, España como país posee todos los ingredientes tecnológicos para ello, ahora solo nos faltaría que existiera voluntad política y ya lo bordamos.
José Luis Bernal es director general del ITERH (Instituto Tecnológico de la Energía y Recursos Hídricos)
Toni
02/05/2022