
El Consejo Mundial de la Energía (WEC) ha presentado la quinta edición del ránking mundial de la energía, el 2015 Energy Trilemma Index, en el que, a pesar de notarse una mejoría generalizada, sólo dos países consiguen la calificación ‘AAA’. La seguridad energética se ha convertido en la bestia negra que ha descabalgado al Reino Unido de la calificación máxima, que España perdiera el año pasado, y la que ha impedido a nuestro país ganar alguna posición por la mejora de los costes de la energía. Las mejoras experimentadas por nuestro país en equidad energética o accesibilidad de la población a la energía se han visto lastradas por la pérdida de posiciones en seguridad energética, por lo que España repite puesto en la edición de este año, en la que con una calificación AAB, figura en la decimoquinta posición del ránking.
El índice que elabora el WEC valora fundamentalmente tres factores de la energía en un total de 129 países: la seguridad energética , la accesibilidad de la población a la energía, factor en el que priman los costes de la energía, y la sostenibilidad medioambiental . En la edición de este año, España mejora en equidad, factor en el que avanza 23 puestos y escala desde puesto 43 al 23, avance en el que, sin duda, ha tenido mucho que ver el abaratamiento del precio de la luz y de los combustibles.
Pero esta sustancial mejora en el factor equidad se ha visto compensada por la pérdida de posiciones en el factor de la seguridad energética, donde España vuelve a perder posiciones. Si el año pasado nuestro país perdía la calificación ‘A’ al pasar del puesto 22 al 37, este año vuelve a ceder otros 18 puestos para pasar a ocupar el puesto 55 de una clasificación en la que se valora la capacidad energética de un total de 130 países. En el tercer factor del ‘Trilemma’, el de la sostenibilidad, España mantiene el puesto 24 de la edición anterior.
En el índice también ponderan, aunque en menor medida, otros tres factores que valoran la situación política, social y económica de cada uno de los países. En el primero de ellos España avanza dos puestos y pasa del puesto 44 al 42, mientras que en los otros dos mantiene la misma posición: en la situación social figura en el puesto 22 y en la situación económica se mantiene en el puesto 37. Según el WEC, España es uno de los mayores importadores de energía del mundo (la dependencia de nuestro país en petróleo y gas es total, y en carbón es del 84%), mantiene un mix eléctrico diversificado y aumenta sus reservas estratégicas de petróleo, y aunque reduce las pérdidas en la distribución de la electricidad, empeora el consumo de energía en proporción al Producto Interior Bruto (PIB) , España mantiene un mix eléctrico diversificado y reduce las pérdidas de distribución de electricidad, lo que hace que su seguridad energética se deteriore.
En lo que hace referencia a la accesibilidad y asequibilidad de la energía, el informe llama la atención sobre la mejora en los precios de los combustibles y de la electricidad, aunque sigue manteniendo algunas dudas en torno a la necesidad de una supervisión más estricta. En cambio, en lo que hace referencia a la sostenibilidad medioambiental, el informe sigue valorando positivamente la situación de España por su mix energético en el que la energía nuclear mantuvo una cuota del 21%, la energía hidroeléctrica un 7% y las demás energías renovables un 24%, indicadores positivos y que se mantienen estables.
Tendencias y perspectivas
El informe del WEC dice que, en 2014, la demanda de energía en España continuó su tendencia decreciente, aunque existe la evidencia de una tendencia cambiante como consecuencia de la recuperación económica y el retorno a tasas de crecimiento positivas del consumo de energía. En lo que hace referencia a la reforma del mercado de la electricidad introducida por la Administración española en 2013 con el objetivo principal de eliminar déficit de tarifa, el informe considera que está en camino de lograr su objetivo y que los ingresos del sector han vuelto al equilibrio, por lo que el déficit acumulado, que alcanzó su punto máximo a finales de 2013, debería desaparecer gradualmente durante los próximos 15 años.
El informe valora positivamente la tendencia del mix energético español en el que la cuota de las fuentes renovables –del 40%- contribuye a reducir la dependencia energética. No obstante, el informe advierte de la falta de interconexiones con Europa, que se considera como un obstáculo para un mayor crecimiento del sector de las energías renovables en España. Lógicamente el informe estaba realizado antes de que se produjera la noticia publicada ayer por El Periódico de la Energía, según la cual la Comisión Europea va a colocar dos nuevos proyectos de interconexión eléctrica española entre los Proyectos de Interés Común (PCI) de la Unión Europea. Se trata de dos nuevas líneas de interconexión con Francia: el proyecto Aragón-Atlantic Pyrenees y el proyecto Navarra-Landes, ambos promovidos por los operadores de los sistemas eléctricos, Red Eléctrica y la francesa RTE.
El informe también valora positivamente la nueva ley de hidrocarburos y la creación de un nuevo operador del mercado de gas único organizado, que será responsable de la gestión de un ‘hub’ gasístico español, es decir, una plataforma de negociación destinado a mejorar el comercio y los precios del gas. “Esto –dice el informe- es un paso importante hacia la creación de un mercado europeo del gas y la mejora de las interconexiones con Europa, sobre todo teniendo en cuenta que España tiene la mayor capacidad de regasificación de GNL de la UE (un tercio de la capacidad total de la UE).
El informe considera que el Gobierno español mantiene su compromiso con la energía baja en carbono y las renovables, lo que le permite cumplir de una manera más eficaz su objetivo de reducir las emisiones de CO2, convirtiéndose en un productor más respetuoso con el medio ambiente. Por el contrario, llama la atención sobre el problema del déficit de tarifa, aunque valora positivamente la reforma energética, que considera que sirve para mantener el compromiso con el triple objetivo de mejorar la seguridad del suministro, aumentar la competitividad y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
El informe concluye el apartado dedicado a España señalando tres aspectos en los que España debería centrar sus esfuerzos para superar lo que la WEC destaca como grandes desafíos de España en materia energética. A saber: la mejora de las interconexiones eléctricas y gasísticas con el resto de los países miembros de la Unión Europea; el rejuvenecimiento de un parque nuclear demasiado envejecido y la reducción del déficit de tarifa eléctrico.
En lo alto de la tabla
Suiza, Suecia, Noruega, Reino Unido y Austria encabezan la clasificación mundial sobre seguridad, costes y sostenibilidad de sus fuentes de energía, en un contexto en que las necesidades de inversión son cada vez más “críticas”, indicaron los responsables del WEC en su informe.
En seguridad, lideran el ránking Canadá, Dinamarca y Estados Unidos; en costes, EEUU, Canadá y Luxemburgo; y, en sostenibilidad medioambiental, Suiza, Costa Rica y Colombia. El WEC recalcó, además, que dos nuevos países se han añadido a la lista de vigilancia negativa que en 2014 incluía a Alemania, Italia, Japón y Reino Unido. Los países son Sudáfrica debido a su crisis eléctrica, y EEUU, donde el envejecimiento de las infraestructuras y la exposición a eventos climáticos extremos plantean serias amenazas al sólido desempeño de la seguridad energética del país en el Índice Trilemma.