El precio de la electricidad sigue disparado y no parece encontrar techo. Continuos récords caen semana a semana, pero este septiembre está colmando el vaso de los consumidores españoles.
Según datos de los operadores de los mercados eléctricos europeos, España tiene el precio de la electricidad mayorista más caro de toda la Unión Europea en los primeros diez días de septiembre.
Estos datos que los refleja muy bien la web energylive.cloud que indica que el precio medio en lo que va de septiembre en España y Portugal es de 136,37 €/MWh, por delante de Italia con 135,96 €/MWh, Bélgica con 122,94 o Eslovenia 122,22 €€/MWh.
Este precio récord español bate en 20 €/MWh al que se registra en Francia que es de 116,70 €/MWh y en más de 16 €/MWh al que se marca en Alemania donde se ha fijado un precio medio de 119,42 €/MWh.
Una vez más el precio más barato se da en Polonia donde su carbón nacional fija precios. Unas centrales térmicas que además juegan con ventaja en el mercado de derechos de CO2 ya que poseen asignaciones gratuitas.
Hasta ahora España solía ir detrás de Italia, incluso a veces de Grecia y algún país del Este del continente, pero ya en este septiembre los ha superado a todos.
Eneergylive.cloud no contabiliza ni a Reino Unido, que está fuera de la Unión Europea así como a los mercados nórdicos. En el caso de Reino Unido, es el único mercado europeo que supera, y además con creces a España y Portugal. En Reino Unido el precio medio de este septiembre es de más dde 190 €/MWh. Por ejemplo, hoy alcanza casi los 1.000 €/MWh a las 19.00 horas.
La crisis de precios energéticos también está afectando incluso a los países nórdicos que estos días están viendo precios superiores a los 100 €/MWh, pero un poco lejos de lo que se está viviendo en el resto del continente europeo.
España está obteniendo lo que lleva buscando desde hace 3 años la ministra Ribera, aunque ahora salga por peteneras porque la gente se le ha echado encima.
De lo que se siembra se recoge.
Quería quedar el Gobierno como los líderes del ecologismo, cerrar a toda costa las centrales térmicas de carbón y las nucleares sabiendo que ello iba a acarrear una dependencia extrema en España del gas para completar el mix eléctrico, pero no les importó porque vendían imagen de ecologismo. Eso significaba subidas y subidas del precio a medio y largo plazo. A ello se añaden el aumento del precio de los derechos de CO2 que la propia ministra celebró diciendo que se iba en el camino correcto.
Ahora están las consecuencias..
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Miguel
09/09/2021