La transición energética es, para el conjunto de los países europeos, una prioridad de cara a fomentar un uso más responsable de los recursos energéticos. Sin embargo, en la carrera por lograr este objetivo, lo cierto es que algunos países que están más avanzados que otros.
Según el último estudio de Energy Transition Readiness Index (ETRI) elaborado por la Asociación de Energías Renovables y Tecnologías Limpias (REA), y copatrocinado por Eaton, los países nórdicos encabezan la transición hacia fuentes energéticas más sostenibles. La particularidad de estos países en comparación con el resto de Europa es que, en general, su brecha energética es menor, ya que tienen acceso a gran cantidad de energía hidroeléctrica, pero también porque cuentan con mercados energéticos flexibles y bien establecidos.
Y es que, de cara a establecer una transición eficaz y con continuidad en el tiempo, contar con un plan marcado por la flexibilidad es clave. En este punto, contar con recursos energéticos que sean versátiles pueden ayudar a reducir el impacto que su producción implica. Fuentes renovables como la energía hidráulica y la biomasa pueden proporcionar normalmente servicios de flexibilidad, mientras que la energía solar y la eólica serán menos flexibles, lo que aumentará la necesidad de nuevos recursos con bajas emisiones de carbono y, en general incrementa su impacto.
Otro factor a tener en cuenta de cara a comprender este contexto es que, a fin de lograr los objetivos propuestos en materia de transición energética, también existen algunos factores, ya sean geográficos o incluso socioeconómicos que pueden favorecer o, de lo contrario, dificultar este proceso. Con ello, no nos sorprende ver que los países nórdicos se encuentren a la cabeza de la lista, teniendo en cuenta que su ubicación geográfica hace de ellos unas potencias en materia de energías renovables.
Pero, en este punto, si España cuenta con recursos suficientes para producir energía renovable, ¿por qué su situación dista tanto de otros países que cuentan con recursos similares? Distintos factores como la infraestructura, el mercado o la inversión, también son importantes para avanzar en la carrera por la transición energética, y pueden marcar la diferencia con otros países.
España y la transición energética
Teniendo en cuenta el contexto en el que nos encontramos, se comprende mejor la situación de España en cuanto a transición energética. Si bien es cierto que la producción de energías renovables ha alcanzado cifras récord en nuestro país (según Red Eléctrica, la energía solar, eólica e hidráulica han cubierto el 50,5% de la producción de 2023, igualando a otras fuentes), todavía queda trabajo por hacer para que su producción y el uso de las mismas estén en línea con el resto de países europeos. Un claro ejemplo de ello es la situación del país en cuanto a los recursos de flexibilidad, un aspecto a mejorar en España, especialmente en lo que se refiere a alternativas de transporte más sostenible, como son los vehículos eléctricos y sus respectivas infraestructuras.
En este sentido, el hecho de contar con los recursos necesarios para favorecer la transición energética y que nuestros datos en materia de producción son buenos, nos lleva a pensar que España tiene otras áreas que mejorar. Por un lado, la inversión en infraestructuras, el apoyo a las tecnologías facilitadoras para reducir la brecha de flexibilidad y ofrecer redes de alto contenido renovable. Y por otro lado, es importante concienciar tanto al mercado como en la sociedad la importancia de avanzar en una transición generalizada hacia un uso de la energía más responsable.
En definitiva, si aprovechamos nuestras fortalezas y seguimos trabajando en crear una base que nos proporcione una red eléctrica consolidada a la vez que sostenible, podremos cumplir nuestros objetivos y conseguir que España se encuentre alineada con el resto de Europa.
José Antonio Afonso es segment manager en Eaton Iberia.
galan
09/05/2024