Mientras que el ministro de industria de Italia pide que se refuercen los aranceles siguiendo el estilo norteamericano, otros fabricantes del Viejo Continente lo ven como una medida contraproducente
Dice el refrán que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Una frase popular que viene a resumir de manera muy gráfica lo que Adolfo Urso, ministro de industria italiano, ha declarado acerca de todo lo relacionado con los aranceles a los coches chinos. Y es que el propio Urso ha puesto a la Administración Biden como ejemplo de lo que el Viejo Continente ha de realizar si quiere evitar la expansión de los fabricantes del gigante asiático. “Es inevitable tener que aplicar aranceles mucho más altos a los productos chinos si no queremos que la industria europea sea eliminada”, confirmó el ministro de industria en una rueda de prensa.
El propio Biden reveló a comienzos de este mes de mayo que subiría fuertemente los aranceles a las importaciones chinas, viéndose afectado no solo el sector automovilístico, con las baterías mediante, sino también los componentes de software de los dispositivos electrónicos o los productos médicos. De hecho, en lo relativo a los vehículos eléctricos, estos se han incrementado en más de un 100%, mientras que los semiconductores han aumentado sus tasas en un 50%.
Existen otras alternativas
Las tensiones comerciales entre la UE y China se han incrementado desde que la primera anunció una investigación sobre los vehículos eléctricos, en la que además se han lanzado varias acusaciones. La visita del presidente Xi Jinping a Europa tampoco ha servido para sosegar la marejada, menos aún tras el anuncio del propio gigante asiático ante lo que ya son medidas para contrarrestar dicha situación.
Quizá por ello hay fabricantes europeos que no ven la subida de aranceles como una medida efectiva, cuestionándose incluso si se está tomando la dirección correcta. Una de ellas ha sido el Grupo Volkswagen confirmando que la solución para frenar esta escalada de ventas de los coches chinos no pasa por subir los aranceles, sino por reducir los costes. De hecho el incremento en las tasas lo verían simplemente como “un respiro” pero si lo que se busca es ser competitivo a largo plazo ven más necesario una bajada de los costes.
Otro grupo de suma importancia como Stellantis, a través de su CEO, Carlos Tavares, lo ve como “una trampa”, mientras que algunas voces autorizadas de BMW, como el caso de su director general, Oliver Zipse, lo ven como una medida contraproducente. Y es que estos tres, junto con otros como Mercedes-Benz, tendrían mucho más que perder que ganar ya que el mercado chino es el más grande en el que operan e incluso en el caso de la firma de la estrella, es el lugar donde más modelos de lujo importa (véase los Clase S o Mercedes-Maybach). Por eso, la reducción de costes y no la subida arancelaria se presenta como una oportunidad única para mejorar su competitividad.
Yo tambien lo veo como una medida contraproducente.
Hay empresas del automovil en Europa, que no ven que esta medida, pueda ayudar a los coches electricos europeos.
Por no hablar de lo que sería para los consumidores, si se para la competencia China.
Podríamos ir a un parón tecnológico, del coche eléctrico en general. Creo que tendría un avance muy lento, o incluso de terminaría estancando, y habriendo otra vez camino al coche de combustión. Y eso seria un desastre.
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galan
28/05/2024