Europa se prepara para una de las transformaciones energéticas más ambiciosas de su historia. La Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión de Electricidad (ENTSO-E) ha publicado su Offshore Roadmap 2025, una hoja de ruta que detalla cómo adaptar el sistema eléctrico continental para integrar la creciente capacidad de generación renovable marina, en especial la energía eólica offshore. Con objetivos que contemplan alcanzar los 365 gigavatios (GW) de capacidad instalada para 2050, el documento no solo traza las líneas técnicas de este desafío, sino también sus implicaciones políticas, económicas y regulatorias.
El desarrollo de energía eólica en el mar ha pasado de ser un proyecto nacional a convertirse en una empresa estratégica de alcance continental. A medida que los parques eólicos se expanden en los distintos mares europeos, se hace evidente la necesidad de una infraestructura eléctrica transfronteriza robusta, capaz de gestionar una generación cada vez más descentralizada, variable y distante de los centros de consumo. En este contexto, ENTSO-E advierte que el actual marco regulatorio y operativo no está preparado para enfrentar la complejidad que traerán consigo redes marinas híbridas, altamente interconectadas.
Uno de los pilares del nuevo enfoque es la creación de zonas de oferta marinas, conocidas como Offshore Bidding Zones (OBZ), que permitirán integrar los parques eólicos no solo a la red de un país, sino también al mercado eléctrico europeo. Estas zonas, caracterizadas por tener generación pero escasa demanda local, deben coordinarse con múltiples mercados nacionales y sincronizarse con áreas de control de frecuencia terrestre. Esto implica una redefinición del diseño operativo y comercial del sistema eléctrico europeo, ya que las reglas actuales se basan en una topología más simple y mayormente síncrona.
La gestión de los desequilibrios generados por esta nueva fuente de energía también representa un reto inédito. Los parques offshore, sin capacidad de almacenamiento ni consumo local relevante, dependerán de los sistemas terrestres para absorber o suplir la variabilidad de su producción. Para ello, ENTSO-E trabaja en un concepto de balance específico que permita integrar estas zonas marinas en las plataformas europeas de balance energético, garantizando eficiencia y estabilidad, y a la vez ofreciendo nuevas oportunidades de mercado para los operadores eólicos.
Control de frecuencia
Otro frente crítico es el control de frecuencia. La pérdida repentina de grandes bloques de generación offshore, ya sea por fallos técnicos o condiciones meteorológicas extremas, podría generar desequilibrios significativos que comprometan la estabilidad del sistema. Ante este escenario, ENTSO-E propone una revisión de los criterios actuales y el fortalecimiento de capacidades como la provisión de inercia sintética y el monitoreo en tiempo real de las condiciones de red, aprovechando tecnologías emergentes como los sistemas de almacenamiento, los inversores con capacidad de conformar red y los condensadores síncronos.
La transición hacia redes eléctricas marinas también obliga a reconsiderar aspectos como la velocidad de rampa de generación, es decir, la rapidez con que puede variar la potencia inyectada por un parque eólico o un enlace de corriente continua. Una rampa demasiado abrupta puede desestabilizar la red, sobre todo cuando múltiples instalaciones convergen en un mismo punto de conexión. ENTSO-E plantea armonizar estos parámetros entre países y operadores para asegurar una operación coordinada.
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