Las previsiones de Crédito y Caución apuntan a que tanto Europa como Estados Unidos y Japón registren un descenso de la demanda de gas a medio y largo plazo. Aunque los mercados emergentes de Asia, Oriente Medio y África seguirán experimentando un crecimiento durante esta década, la demanda global de gas se reducirá hasta situarse en 2030 un 8% por debajo de los niveles actuales. Si miramos solo a Europa, en paralelo a un fuerte aumento de la capacidad eólica y solar, esta caída alcanzará el 37%.
Los mercados del gas se dividen tradicionalmente en tres -Norteamérica, Asia y Europa- cada uno con su propio mecanismo de fijación de precios. Aunque los costes del gas europeo están generalmente situados entre los de Estados Unidos y Asia, el mundo afronta en la actualidad una crisis energética global sin precedentes en la que Europa y el gas ocupan un lugar central. Rusia ha reducido un 80% su suministro por gasoducto a la Unión Europea desde la invasión de Ucrania.
La demanda de gas en Europa
En respuesta a esta situación, Europa ha incrementado sus importaciones de gas natural licuado, lo que ha provocado que los precios del gas en el continente alcanzaran máximos históricos en 2022. Aunque a largo plazo los precios caerán en Estados Unidos, Europa y Asia, a corto plazo es probable que sigan siendo elevados y volátiles.
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