El pasado 23 de septiembre la familia Benjumea llegó a un acuerdo con la banca por el que Felipe Benjumea abandonaba su cargo de presidente de Abengoa. Un acto, obligado por la banca, pero que dejó al empresario con los bolsillos llenos.
La compañía abonó una indemnización de 11,48 millones, de los cuales 4,48 millones "correspondientes a una indemnización por cese anticipado y obligación de no competencia post contractual equivalente al 100% de la retribución percibida en 2014, y siete millones como "bonificación por permanencia".
Pero Felipe Benjumea no ha sido el único que percibió una indemnización por dejar su cargo. El exconsejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, también recibió 4,48 millones de euros tras abandonar su puesto el pasado mes de mayo, según los estados financieros de la compañía presentados a la CNMV.
Sánchez además podría percibir otros 3,3 millones si Abengoa cumple sus objetivos como parte de la retribución variable. Eso será cuando cierre el ejercicio de 2015
Unas indemnizaciones que llaman la atención teniendo en cuenta las dificultades financieras de la compañía. Su auditora, Deloitte, lo tiene claro y ha puesto en duda las cuentas de la empresa.
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