En 2013 (sí, ya han pasado nada menos que 11 años), Ferrari dio un sonado golpe sobre la mesa presentando el LaFerrari, su primer modelo electrificado de la historia y uno de sus hypercar más brutales que mantenía viva la esencia del Enzo y que continuaba con una espectacular saga histórica de modelos de altas comandada por el F40. En este tiempo, la firma de Maranello ha visto cómo sus principales rivales ponían igualmente sobre la mesa dignos competidores del LaFerrari provocando que este hypercoche se quedara ligeramente obsoleto.
Míralo bien porque más de una década después, Ferrari nos presenta otro hypercoche híbrido. El heredero del LaFerrari estrena un sinfín de cosas y podrá lucir la etiqueta ECO generando nada menos que 1.200 CV
Pero los ingenieros italianos ni mucho menos han pasado este tiempo con los brazos cruzados sino que han dedicado buena parte de los últimos años en desarrollar y producir el que ahora es el digno heredero del LaFerrari: el F80 2025. Ahora bien, quizá esta frase haga que dejes de leer pero la realidad es la que es y por un lado la firma del Cavallino Rampante ha confirmado que solo producirá 799 unidades de este F80, incrementando así su exclusividad, pero en el otro lado de la balanza y aquí está la peor noticia es que todas ellas ya están adjudicadas. Dependiendo de cuándo hayan hecho la reserva, los clientes recibirán sus F80 entre el próximo año y el 2027, pues la producción de este nuevo hypercoche, como te puedes imaginar, es de lo más artesanal. Por eso, cada propietario ha pagado la friolera de 3,6 millones de euros.
Lo nunca visto
A medida que lo vayan recibiendo, sus afortunados y acaudalados propietarios se irán dando cuenta de que no tienen un Ferrari más, sino que poseerán un coche muy especial. No hablamos únicamente de rendimiento y prestaciones, en las que ahora entramos, ni de su complejidad técnica, sino de su diseño. Porque el F80 2025 estrena el nuevo lenguaje de la firma italiana y que, como ves en las imágenes no pasa desapercibido. En el afilado y anguloso frontal, inspirado en el propio F40 y en el que destaca la moldura en negro que envuelve los grupos ópticos, al estilo de los Bocanegra de SEAT. Por su parte, la zaga está presidida por la tapa del motor que desemboca en un enorme alerón que prácticamente se fusiona con los pasos de rueda.
En esencia, el coche parece más un hypercar de Las 24 horas de Le Mans que un vehículo de calle y no es para menos ya que el trabajo aerodinámico ha sido uno de sus puntos más tratados para así ofrecer una dinámica de conducción imbatible. De hecho, gracias a la aerodinámica activa, el alerón posterior móvil puede generar hasta 1.000 kilos de carga cuando circula a 250 km/h: 460 provenientes del eje delantero y los 590 restantes del aplicados al trasero, donde también hay un difusor de grandes dimensiones.
El habitáculo, al que se accede mediante dos puertas que se abren en forma de tijera, es una oda al minimalismo en el que la única pantalla es la del cuadro de instrumentos. Los dos asientos están divididos (y tapizados en colores diferentes, rojo y negro) por el túnel central en el que aparece un pequeño monitor y la caja de cambios. El volante es de nuevo diseño con los extremos achatados y mientras que volviendo a los asientos, además de tener arneses de seguridad con cuatro puntos de anclaje, el del piloto es regulable y el del acompañante está fijado al chasis.
Rendimiento top
Un chasis que, por cierto, es monocasco asimétrico (de ahí que los asientos tengan anclajes diferentes) y que está construido en fibra de carbono y materiales compuestos. También hay un techo de carbono, bastidores de aluminio y una pareja de puertas de mariposa. Todo ello enfocado a ajustar al máximo el peso frente a la báscula, el cual está cifrado en 1.525 kg sin contar todos los líquidos.
De esta forma, es lógico que consiga un 0 a 100 km/h de solo 2,1 segundos y un 0 a 200 km/h de 5,7 segundos, mientras que la velocidad punta ha tenido que autolimitarse a 350 km/h. Prestaciones que son posibles gracias a su mecánica híbrida. La misma que está compuesta por un V6 biturbo (eléctricos) de gasolina de 3,0 litros de cubicaje que ya desarrolla por sí mismo 900 CV y 850 Nm de par, logrando girar a 9.200 rpm.
Junto a él se unen tres motores eléctricos, uno en el cigüeñal y los otros dos en el eje delantero, con un régimen de giro de 30.000 rpm, que le permiten así alcanzar una potencia conjunta de 1.200 CV. Esta terna eléctrica se nutre de la energía almacenada en una batería de iones de litio de 2,28 kWh y una tensión de 800 voltios. Todo ello está gestionado mediante una caja de cambios derivada de la Fórmula 1, de doble embrague y ocho velocidades que canaliza toda la potencia a un sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Respecto a la dinámica, Ferrari propone tres modos de conducción: Hybrid, Performance y Qualify, al tiempo que suma elementos propios de un coche de competición como el equipo de frenos de carbono con tecnología CCM-R Plus de Brembo, un sistema de suspensión activa basado en amortiguadores Multimatic y llantas en doble medida (20 y 21 pulgadas) con neumáticos Michelin Pilot Super Cup 2S o Pilot Super Cup 2RS.
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