La transición energética europea se encuentra en una encrucijada donde la descarbonización y la competitividad industrial parecen objetivos difíciles de conciliar. Según se desprende de los informes presentados por PwC durante la jornada sobre la electrificación industrial celebrada el pasado 30 de abril en la Escuela de Ingeniería de Bilbao (UPV-EHU), la fiscalidad energética emerge como el factor determinante que está lastrando la competitividad de la industria europea frente a sus competidores internacionales.
El diagnóstico de PwC: Europa pierde terreno
El primer informe de PwC, centrado en el binomio descarbonización y competitividad en el marco del Clean Industrial Deal, revela una paradoja preocupante: mientras Europa lidera la transición energética global, su industria pierde cuota de mercado y competitividad a pasos agigantados. El informe Draghi, citado en el estudio, identifica como causa principal de esta pérdida el elevado precio de la energía en Europa en comparación con Estados Unidos.
Las cifras son contundentes: las empresas europeas afrontan costes de electricidad entre dos y tres veces superiores a los de sus homólogas estadounidenses. Esta brecha se explica fundamentalmente por la disparidad en la carga fiscal. En 2020, mientras que en la Unión Europea la fiscalidad representaba el 42% del precio final de la electricidad, en Estados Unidos apenas alcanzaba el 11%. Para 2024, esta diferencia se ha agravado hasta el punto de que la fiscalidad europea aplicada a la electricidad es seis veces superior a la estadounidense.
El segundo informe: comparativa UE-EEUU
El segundo estudio presentado por PwC profundiza en la comparativa de precios energéticos entre la Unión Europea y Estados Unidos, concluyendo que la fiscalidad constituye el factor clave en la desventaja competitiva europea. Según Esther Martínez Arroyo, Directora del sector de Energía en PwC, para revertir esta situación es imprescindible "reducir el IVA, eliminar el impuesto del 7% y eliminar de la factura los costes ajenos al suministro eléctrico".
El informe subraya que Europa tiene el potencial de avanzar hacia una mayor autonomía energética gracias a sus renovables autóctonas, y que la aceleración de la electrificación industrial es una palanca clave para que la UE recupere competitividad. Sin embargo, esto requiere entender como carga fiscal cualquier coste ajeno al puro suministro eléctrico, tal como recomienda el Action Plan for Affordable Energy.







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