Las renovables se está convirtiendo en un gran negocio en España. Lo de menos es gestionar los megavatios verdes. Al menos es así para los dos grandes ganadores de las subastas de renovables de España del año 2017. Las que hizo el ministro Álvaro Nadal. Se trata de Forestalia y de ACS.
Ambas empresas fueron las grandes triunfadoras de las subastas tras tirar los precios. En el caso de Forestalia, una gran desconocida para el sector, rompió los moldes a todo el mercado y la declararon la 'revientasubastas'. Pero se hizo con casi 2.000 MW, entre la subasta de enero de 2016 y la de mayo de 2017.
Una empresa que de la nada se iba a convertir en uno de los mayores actores de la energía eólica. Con el tiempo se ha visto, que su propósito era otro, es decir, que ha venido al sector a hacer negocio, no a gestionar energía.
Gracias a su buena relación con las instituciones de la Comunidad de Aragón, Forestalia ha obtenido más pronto que tarde los permisos para poder desarrollar todos sus parques eólicos en la región. Pasaban los meses y de los parques eólicos de Forestalia no se sabía nada. Hablaba de sus proyectos de 300 MW cuando realmente son todo pequeños parques de menos de 50 MW para no pasar por el Ministerio.
Y de repente, Forestalia se alía con el fondo Mirova primero, y luego con la francesa Engie y el fabricante General Electric para desarrollar los parques. Es decir, dinero fresco para poder desarrollarlo. A su vez, pedía dinero en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cientos de millones de euros para esos proyectos. Forestalia, como ya preveía el sector, no tenía músculo financiero para desarrollar tanto megavatio.
Pero es que su modelo ha quedado claro. Se ha deshecho de buena parte de sus megavatios. Hay tres operaciones, la última esta semana, que le han hecho desprenderse de 1.000 MW. Vendió al fondo danés CIP 374 megavatios por unos 300 millones. Luego a Repsol vendió 335 MW eólicos en Aragón por una cantidad parecida y ahora ha vendido 30 MW a la petrolera BP.
Es decir, que se ha embolsado 1.000 millones de euros aproximadamente sin haber instalado un solo MW en España. Hay que restarle eso sí los gastos que ha tenido (financiación, garantías, etc), y que tendrá que repartir junto a Engie y Mirova. General Electric ya se lleva el negocio de instalar sus turbinas en estos parques.
Ahora anuncia Forestalia que tiene previsto desarrollar en 50 municipios de la provincia de Teruel 66 parques eólicos y fotovoltaicos en los próximos cuatro años con una potencia total de 3.000 megavatios (MW), lo que requerirá una inversión de más de 2.400 millones de euros. ¿Saben quién estuvo en la presentación? Sí, el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, ese mismo que luego se lleva las manos a la cabeza porque otras empresas van a invertir miles de millones de euros en la región.
El caso de ACS es parecido. El grupo constructor ha venido al sector renovables a hacer caja. Solo hay que ver lo que ha hecho hasta ahora. Cogió sus activos, los sacó a bolsa a través de una yieldco llamada Saeta, luego lo vende al fondo Brookfield. Mientras tanto arrasa en la subasta fotovoltaica y se lleva 1.550 MW.
Comienza de nuevo a hacer cartera. Pero lo que es gestionar megavatios nada. Engorda su cartera y asegura que tiene hasta 10 GW. Monta una nueva empresa que la piensa volver a sacar a bolsa, con lo que ello conlleva, hacer caja. Pero ahora parece que está negociando la venta con distintos fondos de inversión y también con Endesa. Parece que le queman los megavatios en la mano a Florentino Pérez.
Así lo hizo con la planta fotovoltaica de Mula de 500 MW. Todo el mundo hablaba de la planta de ACS, pero realmente pertenece a otro fondo. Eso sí, ACS se queda con el contrato de construcción, porque eso es lo que realmente es, un epecista, no un desarrollador de renovables. Consigue doble rédito, vende un activo y consigue además el contrato para construirlo.
Parecía que ACS iba a ser un importante actor en el sector. Pero realmente, al igual que Forestalia, han venido a hacer negocio, muy lícito por su parte, pero no es para que les vayan aplaudiendo las administraciones como si fueran los grandes salvadores de la amada tierra.
Ahora ACS está montando también una comercializadora. En su plan estaba comercializar la energía verde de sus activos renovables, pero si esos activos se venden a terceros la única manera de poder conseguir su objetivo es a través de contratos a largo plazo, conocidos como PPAs por lo que se aseguraría también el negocio.
En este caso, ACS no ha tenido que buscar socios, tiene músculo financiero a diferencia de Forestalia, pero al fin y al cabo el objetivo es el mismo.
Conseguir lo necesario para poner en marcha los proyectos y darles pase a los que realmente van a hacer que las plantas de renovables funcionen durante los próximos 25 años. Así es el negocio. Y si no miren al yerno de Florentino, Capital Energy tiene una cartera de 12.000 MW. No ha instalado ninguno y está llenando España de grandes proyectos de eólica y fotovoltaica. ¿Qué se juegan a que hará lo mismo? Ahora, disfruten del modelo especulativo que se ha generado en el sector renovable.
Víctor
02/10/2019