Francia apoya el plan de la Comisión Europea para reducir el consumo de gas porque considera que los países de la UE deben actuar de forma coordinada a una situación que afecta a todos, pero tiene intención de discutir las modalidades para ajustarlo a las condiciones de cada uno, que son diferentes.
Esta es la posición manifestada este viernes por el Gobierno francés, que avanzó que la ministra de la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, debatirá con sus colegas de los otros Estados miembros el martes la propuesta de Bruselas para que todos reduzcan en un 15 % su consumo.
La postura de Francia con el gas
"Es una proposición que primero debe ser analizada porque las condiciones, incluidas las de carácter técnico, son diferentes según los países", precisaron a Efe fuentes del Ejecutivo.
En cualquier caso, las fuentes destacaron que los países europeos afrontan los mismos desafíos y varios de ellos "son mucho más vulnerables que Francia".
Una alusión en particular a Alemania, primer socio económico y político de París, que antes de la invasión de Ucrania compraba más de la mitad del gas que consumía a Rusia, mientras que para Francia eso suponía menos del 20 %.
Para el Gobierno francés "es primordial que actuemos de forma coordinada a nivel europeo" y así entiende "la acción de la Comisión Europea, que apoyamos".
En ese contexto, las fuentes del Ejecutivo aseguraron que "Francia está dispuesta a asumir su parte en la solidaridad europea", y está "en contacto estrecho y permanente con (sus) vecinos sobre este tema".
El pasado día 14 el presidente francés, Emmanuel Macron, insistió en que hay que prepararse a que Rusia cierre completamente los grifos del gas para Europa y anunció que su Gobierno iba a preparar un "plan de sobriedad" con el objetivo de disminuir en un 10 % el consumo de energía en dos años.
En contra
Una meta que difiere de la idea de Bruselas de que todos los Estados de la UE recorten en un 15 % el consumo de gas entre el 1 de agosto y el 31 de marzo de 2023, y contra la que se han pronunciado abiertamente España, Portugal y Grecia.
La ministra española de la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha subrayado que no se impondrán a los consumidores particulares o industriales restricciones obligatorias cuando llevan años pagando en sus tarifas las inversiones masivas para disponer de infraestructuras que permiten un aprovisionamiento diversificado.
En Francia, el Gobierno asegura que no habrá cortes el próximo invierno para los consumidores particulares, pero no excluye mecanismos de reducción para grandes empresas consumidoras de energía en picos de consumo.
Además, para reforzar las vías de aprovisionamiento de gas, tiene previsto aumentar las capacidades de las terminales de regasificación de Fos-Cavaou y Dunkerque y ha lanzado un proyecto para una terminal flotante en el puerto de Le Havre, pero que no estará finalizada hasta septiembre de 2023.
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