El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha destacado que las economías emergentes tienen "una excelente oportunidad" para definir un 'mix' energético más sostenible y una estructura de mercado más adecuada que atraiga inversiones en renovables.
Con motivo de la presentación del informe 'El futuro de la electricidad', elaborado por el grupo de 'utilities' del Foro Económico Mundial que preside Galán, el directivo de Iberdrola destacó que estos factores serán determinantes a la hora de impulsar inversiones a gran escala tanto en energías limpias, "especialmente las renovables, como en almacenamiento eficiente y redes, que son imprescindibles en el sector energético global".
El informe plantea la hoja de ruta necesaria en el ámbito de la generación de electricidad hasta el año 2040. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las inversiones necesarias en electricidad en los países que no son miembros de la OCDE deberán duplicarse en el periodo, hasta alcanzar los 13 billones de dólares. Así, el gasto superará a los países de la OCDE en un factor de 2 a 1.
"Durante el periodo comprendido entre 2000 y 2014, los países no pertenecientes a la OCDE realizaron inversiones a un ritmo similar al de los países de la OCDE, del orden de 240.000 millones de dólares anuales. Pero dada la cantidad de infraestructuras eléctricas que es necesario construir en los países de rápido crecimiento para responder a la creciente demanda, los países emergentes no sólo tendrán que duplicar sus inversiones sino garantizar también que los fondos se utilizan para desarrollar por igual todos los elementos de la cadena de valor", subrayó Roberto Bocca, director de sector energético del Foro Económico Mundial.
Así, el informe ofrece también soluciones que permitan atraer las inversiones necesarias para dar respuesta a la evolución de la demanda de electricidad en las próximas décadas.
En este sentido, plantea recomendaciones en el ámbito de los responsables políticos (perseguir las medidas más eficientes para alcanzar los objetivos de política energética o tener en cuenta la curva decreciente de costes tecnológicos), los organismos reguladores (posibilitar la igualdad de condiciones entre las tecnologías o permitir la viabilidad técnica y financiera de las operaciones en toda la cadena de valor) y las empresas e inversores (crear sociedades público-privadas para atraer capital privado, propiciar un entorno favorable a las inversiones o invertir activamente en educación e I+D para eliminar las diferencias de conocimiento y capital humano).
Este informe es una continuación de la iniciativa del Foro Económico Mundial sobre la materia que fue presentada en su reunión anual de 2014 con el objetivo de ofrecer a gobiernos, empresas y comunidades una plataforma para el diálogo y el aprendizaje sobre la transición hacia una economía baja en emisiones de carbono.
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