El Gobierno de Francia decidió este martes la apertura forzada de las dos refinerías de ExxonMobil que están paradas por una huelga que también se extiende a otras de TotalEnergies, y que está causando problemas de desabastecimiento en un 30 % de las gasolineras del país.
La primera ministra, Élisabeth Borne, anunció en la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional que se obligará a trabajar al "personal indispensable para el funcionamiento" de las refinerías de ExxonMobil, después de que ayer se firmara un acuerdo entre la dirección y varios sindicatos.
Aunque esos sindicatos firmantes son en términos representativos mayoritarios, el acuerdo no recibió el apoyo de los trabajadores, que votaron continuar con la huelga siguiendo los llamamientos de la Confederación General del Trabajo (CGT) y de Fuerza Obrera (FO).
La postura del Ejecutivo de Francia
Estas dos centrales reclaman un incremento salarial del 7,5 % en total para recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación de 2022 y una prima de 6.000 euros por empleado a cuenta de los beneficios excepcionales que ha obtenido el gigante mundial del petróleo (17.900 millones de dólares solo en el segundo trimestre).
Para la primera ministra, que dijo que "hay que saber terminar una huelga", la reapertura administrativa está legitimada porque "un desacuerdo salarial no justifica bloquear el país".
El Ejecutivo se ha decantado por tratar de forma diferente la situación de las refinerías de ExxonMobil, en Notre Dame de Gravenchon (noroeste) y de Fos sur Mer (sureste), de las tres de TotalEnergies que también se encuentran paradas.
En este segundo caso, TotalEnergies reiteró este lunes que está abierta a abordar negociaciones salariales desde este mes de octubre, cuando estaban programadas en noviembre, pero eso una vez que se ponga fin a los paros.
La CGT reclama al grupo francés, que obtuvo 10.600 millones de dólares de beneficios en el primer semestre, un incremento salarial del 10 %. Un 7 % para compensar el efecto de la inflación y un 3 % adicional para la redistribución de los beneficios.
Las refinerías
Borne reconoció que la situación de abastecimiento de las gasolineras "es difícil", con un 30 % de todas las del país en las que falta al menos un tipo de combustible, y "en algunos lugares es insoportable".
Pero se defendió de los reproches de estar actuando una vez que la situación se le ha ido de las manos y aseguró que "el Gobierno ha actuado" al aumentar las importaciones o permitir excepcionalmente la circulación de camiones cisterna el fin de semana.
Estas protestas salariales del personal de dos grupos energéticos que están saliendo muy beneficiados de la coyuntura actual llegan en un momento de malestar en otros sectores por la pérdida de poder adquisitivo de los sueldos a causa del tirón de la inflación.
Un malestar que ya dio lugar a una jornada de huelgas y manifestaciones intersectoriales el pasado 29 de septiembre, organizada por una parte de los sindicatos liderada por la CGT y que se va a traducir en una manifestación el próximo sábado organizada por partidos de la oposición de izquierdas.
La escasez de carburantes por los paros en las refinerías que comenzaron hace dos semanas ha propiciado una subida de precios en las gasolineras.
Según los datos actualizados este lunes por el Gobierno, el precio medio del litro de gasóleo ha aumentado 23 céntimos desde finales de septiembre, hasta 1,93 céntimos, y el de gasolina 16 céntimos, hasta 1,68 euros.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios